OPINIÓN

Mi vida sin las extraescolares

Un niño juega en un parque infantil de San Sebastián.

Un niño juega en un parque infantil de San Sebastián. / periodico

Olga Pereda

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Conversación-ficción en un chat de mamás del cole a los pocos días de empezar el curso:

Mamá 1. ¡¡¡Acaban de publicar el listado de las extraescolares de este año!!!

Mamá 2. Estupendo, luego las miro. A mi peque se le ha antojado yoga infantil. Uf.

Mamá 1. ¡Yoga infantil! Es verdad. Lo acabo de ver en el listado. El año pasado no lo tenían.

Mamá 2. He leído varias cosas en internet sobre los beneficios del yoga y el mindfulness.

Mamá 3. Yoga. Qué nivel. 

Mamá 2. Bueno, a ver cómo lo combino con magia y huerto. Espero que lo planifiquen bien.

Mamá 3. ¿Le vas a apuntar a magia, huerto y yoga? Prepara presupuesto, chata.

Mamá 2. Sííííííí. Hay que estimular a los niños. Lo dicen todos los expertos.

Mamá 1. Desde luego. Yo también soy partidaria de la estimulación. Cuando era un bebé de pocos meses, le apuntamos a inglés, música y matronatación. Estoy encantada con el cole por la cantidad de extraescolares que tiene. Este año han puesto patinaje. Una pasada. Fundamental para que coordinen movimientos. De todas maneras, yo este año me inclino por kárate.

Mamá 3. No sé. No lo veo. El año pasado le apunté a música. Pero este año paso. Los 50 euros que me ahorro al mes lo he invertido en apuntarme yo al gimnasio, que lo necesito más que él la música. Mi hijo será analfabeto musical, pero a mí se me va a quedar tipazo.

Mamá 1. ¿En serio le has borrado de música para apuntarte al gimnasio?

Mamá 3. Tal cual.

——————Varios días después——————

Mamá 2. Chicassssssss. Mi peque ya está practicando yoga. Dice que le encanta.

Mamá 1. ¡Bravo! ¿Al final también está en magia y huerto?

Mamá 2. Cambié huerto por robótica. Creo que le puede aportar más.

Mamá 1. Genial.

Mamá 3. Sí, genial. Yo también me he zambullido en el mundo de las extraescolares. Que lo sepáis.

Mamá 2. Biennnnnnnn. ¿Cuál le has cogido?

Mamá 3. Los lunes haremos lecto-escritura y planificación del hogar.

Mamá 2. ¿Ein? 

Mamá 3. Bueno, en realidad es que me lo llevo al súper a hacer la compra de la semana y previamente, mientras merendamos, le hago escribir las cosas que vamos a comprar en una lista.

Mamá 1. Mírala ella.

Mamá 3. Los martes tenemos Cuentacuentos.

Mamá 2. ¿En la Biblioteca del barrio?

Mamá 3. No, qué va. En casa de la abuela. Los martes vamos a su casa y ella siempre le cuenta historias de su época.

Mamá 1. Jajajajaja. Estás hecha una lista tú. Y una tacaña, que no le quieres apuntar a nada, mujer.

Mamá 3. ¡Sí! Los miércoles irá a predeporte.

Mamá 2. Esa sí que es en el cole, ¿verdad?

Mamá 3. Qué va. Iremos al parque con la pelota y la bici. Predeporte, vamos. Los jueves le apuntaré a cultura audiovisual y cinefórum.

Mamá 1. ¿Dónde?

Mamá 3. En casa. Le pongo una película y luego le pregunto cosas sobre el argumento y los personajes.

Mamá 2. Te falta alguna actividad para los viernes, pillina.

Mamá 3. También, también. Los viernes serán los días de cocina. Nos pondremos el delantal y haremos en casa filetes rusos y bizcocho.

Mamá 1. Claro, como tú tienes todas las tardes libres. Qué envidia me das.

Mamá 3. Hombre, tanto como libres…

Mamá 2. Pero reconoce que vives bien con la reducción de jornada. A mí me encantaría tenerla para estar toda la tarde con mi peque.

Mamá 3. Lo de vivir bien no lo tengo claro. Hay muchas tardes que no soporto a mi hijo. 

Mamá 2. Mira qué eres bruta. 

Mamá 1. Yo no quiero pedir reducción de jornada. Que se la pida mi marido. 

Mamá 3. A mí me das envidia tú, que sigues siendo la número uno de tu despacho. Yo tengo la sensación de estar de saldo en mi trabajo.

Esta conversación es ficción. Pero podría ser real. En ambos casos, la conclusión es la misma: seas el tipo de madre que seas jamás critiques. Si te dedicas en cuerpo y alma a tus hijos, bravo. Si te dedicas en cuerpo y alma a tu trabajo, bravo. Si tienes reducción de jornada, bravo. Si no la tienes, bravo. Si le apuntas a cuatro extraescolares para acoplar tu agenda laboral a la suya, bravo. Si lo haces para fomentar su estimulación, bravo. Y si no le apuntas a ninguna, bravo.

Vive y deja vivir. Que criar a un hijo ya es bastante difícil.

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