LA CLAVE

La canción del capitán

Los alcaldes y cuadros territoriales del PDECat pueden decidir la batalla por el futuro de la posconvergencia, como los capitanes socialistas viraron el rumbo del PSC en la rebelión de 1994

Exposición 'Capitán Trueno. Tras los pasos del héroe'.

Exposición 'Capitán Trueno. Tras los pasos del héroe'. / periodico

LUIS MAURI

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Entre un capitán y un general, ¿qué alma sensible, idealista, apasionada, no elegiría al primero? Galán García Hernández, los mártires de Jaca. Los capitanes portugueses de abril, Saraiva de Carvalho, Vasco Lourenço, Salgueiro Maia. El Capitán Trueno. En el imaginario popular romántico, el general es el presente declinante o el pasado recalcitrante; el capitán, el futuro floreciente. El general, el freno, la reacción, el paredón; el capitán, el acelerador, el cambio, el progreso.

La batalla está abierta en el campo del PDECat, partido resultante de la implosión de Convergència. Las acometidas son aún prudentes. Escarceos. Calibración de fuerzas. Un grupo de nacionalistas moderados, opuestos al unilateralismo de Puigdemont, se infundió ánimo ayer en la abadía de Poblet. Nombres destacados, algunas víctimas de las purgas del hombre de WaterlooPascal, Campuzano, Xuclà

Poblet no fue una elección azarosa. El pujolismo y el alma mayoritaria del independentismo siempre ha comulgado en Montserrat, centro irradiador de un cierto misticismo soberanista. Poblet, en cambio, emana regeneracionismo, una comprensión más amplia del país. Montserrat es Pujol. Poblet, Tarradellas.

El camino del cambio

En Poblet, los posconvergentes moderados iniciaron ayer el camino del cambio. No va a ser una senda llana, quizás ni siquiera tenga consumación. Pragmáticos y fundamentalistas saben que Puigdemont está amortizado a corto o medio plazo: preso en la cárcel de cristal de Waterloo o a merced de la justicia española. Pero aún es la mejor baza electoral. Pascal se lanzó demasiado temprano al choque frontal: fue pasada por la quilla y sus adeptos, desterrados.

Bonvehí juega sus cartas con ambigüedad calculada. Pero sobrevive. Y ha logrado frenar la opa hostil de Puigdemont al PDECat. ¿Quién decantará la batalla? Los capitanes, quién si no. Pasadas las municipales, los alcaldes y los cuadros territoriales están menos condicionados. Ellos pueden decidir el futuro de la posconvergencia, como los capitanes socialistas viraron el rumbo del PSC en la rebelión de 1994. ¡Oh, capitán! ¡Mi capitán!