IDEAS

Melancolía rockera

Los músicos que nos alegraron la juventud la van diñando

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Ramón de España

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Los músicos que nos alegraron la juventud la van diñando: ahora, Ric Ocasek, líder de The Cars; antes, Lou ReedDavid Bowie o Daniel Johnson…Menos mal que Mick Jagger y Keith Richards son inmortales. O que algunos veteranos se mantienen en plena forma, como demuestran los últimos discos de Iggy Pop, 'Free', y Chrissie Hynde, 'Valve bone woe', cuya melancolía y tono 'jazzy' permiten escucharlos seguidos como si formasen parte de un mismo proyecto musical y personal.

Iggy ya no cumple los 70 y Chrissie está a punto de alcanzarlos. Ambos se hicieron famosos por sus gloriosos berridos, pero parece que ya no están por la labor: sus últimas grabaciones resultan pensativas, crepusculares y hasta filosóficas. No es que hayan descubierto el jazz a su edad, pero sí han encontrado una manera eficaz de incluirlo en su repertorio. Habrá quien prefiera al Iggy Pop descamisado y feroz de 'I want to be your dog' y a la Chrissie Hynde desmelenada de su primera época al frente de los Pretenders, pero la gente se hace mayor y, cuando es para bien, hay que celebrarlo.

El álbum de Iggy está marcado por la trompeta de Leron Thomas y por las incursiones de nuestro hombre en el 'spoken word' (brillante lectura de 'We are the people', un poema escrito por Lou Reed en 1970). El de Chrissie Hynde es una serie de versiones magníficas de temas como 'Wild is the wind' (que Bowie convirtió en un melodrama sobreactuado y sensacional), 'River man' (gran canción del gran Nick Drake), 'No return' (de Ray Davies, ídolo adolescente de Hynde, al que no solo conoció en Londres tras llegar de Akron, Ohio, sino que también tuvo un hijo con él) o esa cima de la tristeza sentimental que es 'Que reste t'il de nos amours?'

Sería un error considerar Valve bone woe el entretenimiento de una señora mayor que, perdón por la expresión, ya no tiene el coño para ruidos, como también lo sería pensar que Iggy está domesticado y no se ve capaz de arrojarse ensangrentado encima del público (yo mismo lo esquivé hace muchos años, durante un concierto en Barcelona).

'Valve bone woe' y 'Free' muestran el estado anímico y sentimental de dos cabezas pensantes que se resisten a ofrecer a sus seguidores lo mismo de siempre. Algo muy de agradecer en estos tiempos de pop plano y reciclado.