editorial

La construcción digital

El sector debe encarar su digitalización para avanzar en calidad y eficiencia

El centro comercial de Equilis en construcción.

El centro comercial de Equilis en construcción. / periodico

Agustí Sala

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La digitalización es un fenómeno que llega a todos los sectores. También a algunos de aquellos en los que antes creíamos que este no iba a ser un factor de competitividad o que, si se veía implicado en el mismo, resultaría un elemento más bien marginal. Pero no es así. El mundo del bit ha venido para quedarse. Y en todos los ámbitos de la actividad económica y empresarial que podamos imaginar. También en la construcción, si esta quiere ser competitiva.

Estamos ante todo frente a la mejora de la calidad y, a la vez, de la eficiencia. De todas formas, la transformación digital es todavía una asignatura pendiente en un sector como el de la construcción, arrasado por la crisis y que aún se encuentra saliendo de un pozo profundo que llevó a miles de personas al paro. Es en este momento de reinvención y de recuperación en el que debe encaminarse hacia una auténtica revolución y encarar la modernización que se necesita para ganar un impulso aún mayor.

La construcción digital, la industrialización, la impresión 3-D, el 'big data', los drones y muchos otros avances suponen un cambio drástico y rentable si se utilizan de la manera adecuada. 

Las nuevas tecnologías permiten llevar a cabo trabajos y tareas de formas que ni siquiera podemos imaginarnos. La impresión 3-D, por ejemplo, hará --ya está haciendo en algunos casos-- que la edificación se asemeje a un proceso industrial, en el que no solo se requieren ladrillos y cemento sino mucha tecnología y otra manera más colegiada de acometer los proyectos.

De unos procesos que, en muchas ocasiones se asemejan más a la artesaría, hay que pasar a una concepción más industrial y eficiente, con, por ejemplo, modelización construcción virtual, que permiten afrontar los problemas y cambios antes de acometer la obra física.

Estamos hablando de la producción o 'fabricación' de viviendas con perspectiva industrial, de nuevos materiales con distintos usos, no solo constructivos sino energéticos; o la promoción inmobiliaria en base a los datos y la información de los clientes a los que se quiera dirigir. 

Y si hay un ámbito que puede aprovechar esta nueva forma de trabajar es la rehabilitación. Es una actividad no solo para generar actividad, ya que no todo ha de ser edificación nueva, sino para trasladar la eficiencia energética a los hogares ya existentes, en un entorno de necesaria lucha contra el cambio climático.

Las necesidades, en este sentido, son gigantescas y la construcción 4.0, en la que la digitalización es esencial, tiene por delante un terreno ingente que recorrer.