Peta el vestido

El Tribunal Constitucional no decidirá sobre la prisión provisional de Oriol Junqueras hasta que no haya una sentencia firme del Supremo, es decir, hasta que ya no sea necesario decidir sobre el recurso de amparo contra la prisión provisional. Si la sentencia fuera absolutoria (es un decir), la prisión provisional no tendría sentido porque Junqueras sería libre. Y si la sentencia es condenatoria, habría prisión, pero ya no sería provisional sino definitiva. Es decir, el TC no solo se lava las manos o tira balones fuera (que son dos maneras de decirlo) sino que apuesta decididamente por el universo paralelo de lo absurdo.

Mientras tanto, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea debe decidir si Junqueras tiene inmunidad por haber sido elegido como europarlamentario, pese a no haber recogido el acta porque no dejaron que lo hiciera: una circunstancia nada menor y que se debería saber antes de conocer una sentencia que, en función de lo que dijera el TJUE, como mínimo podría ser cuestionada porque debería haber -ahora no lo hay, por supuesto- un suplicatorio al Parlamento Europeo. No es que se tensen las costuras de la prenda: es que peta el vestido por todos lados.