Amnistía o indulto

A la vuelta de la esquina, la sentencia del 1-O. Vaya por delante mi opinion: ni fue rebelión ni fue un ‘aplec’ sardanista. El 6 y el 7 se quebraron todas las leyes, se burló a la ciudadanía al convocarla a un referéndum ilegal y luego se declaró una DUI. En realidad, una gran farsa. Solo se dibujó un emotivo trampantojo de una Catalunya independiente, pero se olvidaron de dibujar una salida. Siguiendo con mi opinión, querría que salieran de la cárcel cuanto antes. Pero si hay sentencia condenatoria, Catalunya se juega su paz social en la respuesta colectiva.

Amnistía, esa parece ser la palabra mágica. Nos lleva al imaginario de una dictadura, supone la inocencia de los sentenciados y conecta con el pasado reivindicativo que algunos vivieron y otros han romantizado. Y, por todo ello, vuelve a ser una mentira. Por el contrario, el indulto implica asumir los errores y demanda una amplia complicidad social para apoyarlo. Es la oportunidad, quizá la última, de buscar una causa real de unidad. Una parte de Catalunya necesita oír que se equivocaron. La otra, que son mayoría los que desean su libertad.