ANÁLISIS

Macri en el corral

El presidente argentino apenas podrá tomar decisiones importantes en un país que necesita medidas urgentes

El presidente de Argentina, Mauricio Macri.

El presidente de Argentina, Mauricio Macri.

Rafael Vilasanjuan

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Las primarias de este verano en Argentina, las que encaminan a las elecciones presidenciales del próximo 27 de octubre, dejaron dos cosas claras: la primera es que el presidente, Mauricio Macri, ya no tiene la confianza para renovar su mandato, la segunda, mas importante es que en todo este tiempo que le queda hasta que se celebren las elecciones, apenas podrá tomar decisiones importantes en un país que necesita medidas urgentes, si no quiere volver a caer en el abismo conocido.

Está reciente como para recordarlo, en el 2001 Argentina descendió a los infiernos. El país envuelto en una serie de ingenios y falsedades financieras acabó creyendo que viviría eternamente del crédito. Pero al tener que devolver lo prestado, la deuda se hundió. El resto es bien conocido, la falta de credibilidad internacional, la devaluación salvaje, el cierre de bancos y control del capital acabo dando pie a una nueva denominación financiera: el corralito. Si en lo económico el país tocó fondo, en lo social el abismo inmediatamente se extendió. Miles de personas se vieron abocadas a la pobreza extrema de la noche a la mañana. Sin dinero, sin trabajo para conseguirlo, sin vivienda y sobre todo sin alimentos Argentina volvió a los tiempos ancestrales del hambre.

Temor

Han pasado 18 años desde aquella crisis que todos prometieron corregir y aunque ahora todavía no se haya rebasado la línea crítica, hay muchas señales que indican que no está lejos: una inflación anual que rebasa el 50%, un nuevo rescate del Fondo Monetario, una recesión galopante y una parte de la sociedad que ha vuelto al hambre. El recuerdo sigue tan presente que ya ningún argentino sigue pensando como si no hubiera infierno.

Tras el kirchnerismo,  aunque buena parte de los argentinos y de la comunidad internacional se volcaron con Macri, a medida que ha ido avanzando la deuda argentina el crédito del presidente se agota. Macri está solo. La primarias de agosto anuncian un retorno triunfal a la política de peronistas y kirchneristas. Con el país al borde del abismo todo vuelve al punto de partida. Con víctimas y acusadores en el mismo escenario de la catástrofe emerge la probabilidad de un retorno, mientras Argentina desaparece lentamente de la nómina de países fiables.

El problema es que aunque Macri prometió el milagro y la estabilización, nada ha avanzado: ni  una reforma fiscal, ni un banco central fiable, ni una política monetaria para acompañar a una economía que podría ser mucho mas rentable y generar recursos suficientes para ir saliendo del túnel. El resultado es que no habrá que esperar a las elecciones presidenciales de finales de octubre para saber que el país no le va a renovar. Sin confianza en la reelección y con escasa capacidad para sacar las medidas de urgencia que necesita el país, el gobierno y la oposición apenas han llegado a ningún acuerdo, mas allá de un plan contra el hambre, al que les ha abocado la evidencia. Pero con Macri cerrado en el corral, Argentina se acerca al corralito.