CHEQUEO

Mucho menos que perder

Puede que los halcones no tengan mucho que ganar ahora con las medidas del BCE. Pero tendrán mucho menos que perder después si viene una crisis

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Rosa María Sánchez

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Las nuevas medidas de estímulo monetario anunciadas por el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, han ampliado la división en el seno del BCE.

De un lado, los halcones; con Alemania al frente del grupo que nutren Austria, Holanda y, sorprendentemente, también Francia. 

De otro lado, las palomas; con España, Bélgica, los países del sur de Europa y también la mayoría de los bálticos, con Draghi de su parte y --muy importante-- también la futura presidenta del BCE, Christine Lagarde.

Dicen los críticos, que cuando los tipos de interés oficiales ya están en cero o por debajo de cero, no tiene sentido ir más allá.

Que ninguna entidad va a conceder (o no debe hacerlo) un solo crédito a quien no reúna las condiciones para pagarlo;  y que para quienes sí las reúnen, ya hay dinero barato de sobra en el mercados.

Que, al final, todo este exceso de liquidez acaba, como un boomerang, depositado en el BCE, que cobra un peaje a la banca por no haber sido capaz de mover ese dinero.

Que cuando los tipos están en un nivel tan bajo ya solo sirven para deteriorar las cuentas de resultados de una banca que aún no ha logrado los niveles de solvencia exigibles.

Y que tipos de interés tan ínfimos, solo sirven para alimentar una burbuja en la deuda pública mundial, donde ya existen bonos por 15 billones de dólares con rentabilidades negativas, mientras otros mercados se frotan las manos (oro, bitcoin…)

Evidentemente, la trampa de liquidez está ahí, y es responsabilidad de entidades y supervisores evitar sus efectos perjudiciales. 

Corresponde a las llamadas ‘autoridades macroprudenciales’ —algunas de nuevo cuño, como la española— estar muy vigilantes.

Unos tipos de interés bajos no deben justificar la concesión de préstamos a quien no acredite suficiente capacidad de pago futura para atenderlo. Pero benefician sobremanera a quienes ya tiene deudas: hipotecas a tipo variable, en el caso de las familias; créditos, en las empresas y deuda pública, en las administraciones

La economía española, con un elevado nivel de deuda pública (98,7% del PIB) y privada (133%) y más de 2 billones de euros de deuda externa no puede dejar pasar las ventajas que le brinda la actual política monetaria.

Es el momento de aprovechar el ahorro en pago de intereses para reducir el nivel de deuda; no, para asumir nuevos compromisos riesgosos.

El Gobierno parece haberlo entendido así. Aprovechando los ahorros va a reducir este año casi a la mitad la emisión neta de deuda prevista (20.000 millones menos).

Familias y empresas, por su parte, han reducido más de 50 puntos de PIB (casi 630.000 millones de euros) su endeudamiento desde el 2007.

Este es el  camino que abre la política monetaria del BCE. Puede que los halcones (que son prestamistas) no tengan mucho que ganar con ello, pero si se sigue avanzando en ese camino con ‘macro-prudencia’, tendrán mucho menos que perder si vuelve la temida recesión. Veremos.