IDEAS

Coppola se hace un McLuhan

Boris Johnson, el pasado 10 de septiembre, en Londres

Boris Johnson, el pasado 10 de septiembre, en Londres / periodico

Lucía Lijtmaer

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Que Boris Johnson tiene dificultades para entender que no es percibido por los demás como él se percibe a sí mismo no debería resultar una novedad para nadie. Recordemos que se trata de un político que en la convención del Partido Conservador en octubre del 2017, afirmó que la ciudad libia de Sirte tendría un futuro brillante como 'resort' de lujo, comparable con Dubai, una vez que los inversores "limpiaran los cadáveres”.

Pero a una se le despierta una compasión inusitada por su equipo de prensa después de que se hiciera pública una entrevista en el 'Daily Mail' en la que describía su escena cinematográfica favorita: “Los múltiples asesinatos como represalia al final de 'El Padrino'”. Palabras textuales de Boris.

"Me hace sentir mal que las escenas de una película de gánsteres puedan inspirar cualquier actividad en el mundo real", dice Coppola sobre Boris Johnson y su pasión por el final de 'El Padrino'

Recientemente, Francis Ford Coppola, afamado director de la saga, decidió hacerse un MacLuhan. Para quien no lo recuerde, el personaje que interpreta Woody Allen en 'Annie Hall', está atormentado por un tipo que tiene detrás en la cola del cine, que no deja de explicarle a quien tiene al lado su interpretación de las teorías del filósofo Marshall McLuhan. Allen, en un alarde de fantasía, va en busca de McLuhan para que le diga personalmente al pesado de la cola que no tiene ni idea de lo que está hablando y que se calle un rato. Y McLuhan hace exactamente lo que Allen espera de él.

Coppola acaba de hacer una versión contemporánea de esa escena con sus siguientes declaraciones: “Me hace sentir mal que las escenas en una película de gángsteres puedan inspirar cualquier actividad en el mundo real o alentar a alguien que veo que está a punto de arruinar a mi querido Reino Unido”. Acto seguido, Coppola, fan de la grandilocuencia, le compara con Sadam Hussein y Gaddafi.

Quizás no hacía falta tanto. Es mejor recordar su intercambio verbal con el entonces ministro de economía italiano, Carlo Calenda. En palabras del ministro: “Boris básicamente dijo: "No quiero la libre circulación de personas, pero quiero el mercado único. Le contesté: 'De ninguna manera'. Él replicó: 'Entonces venderás menos 'prosecco''. Le respondí: 'Y tú venderás menos 'fish and chips'. Yo venderé menos 'prosecco' a un país y tú venderás menos a 27 países.' Discutir las cosas a ese nivel resultó un poco insultante". Hablando de represalias...