Ensayo de un ensayo

El ensayo es el género mayor de lo que Josep Pla llamó "literatura de observación". Se publican muchos libros de "no ficción", pero muy pocos ensayos. No es un registro fácil. Tiene el riesgo de caer en la simple crónica, la enumeración de los hechos, o en la pura especulación, lo que podría haber sido pero no fue. El quicio del ensayo está en las gafas del autor: en su capacidad de acumular hechos y datos, de vincularlos con el pasado, de buscar esquemas explicativos en otros autores y en otros lugares, de ofrecer algo más que un relato, una explicación. Se han publicado muchos libros sobre lo acontecido en Catalunya. Algunos ya son crónicas de referencia, como los trabajos de Lola García y de Oriol March. Lo más parecido a un ensayo hasta el momento era el trabajo de Jordi Amat (La conjura de los irresponsables), esclavo de la premura en su publicación.

Francesc-Marc Àlvaro presenta estos días el primer intento, culminado con éxito, de mirar el proceso catalán a la manera de Pla: Ensayo general de una revueltapublicado por Galaxia Gutenberg (Pòrtic en catalán). Solo el título ya da para otro tratado. La mirada del ensayista pone los hechos en el ámbito de las revueltas (ni rebeliones, ni meras movilizaciones), pero los califica como de "ensayo", es decir, en un grado anterior a la tentativa. El contenido no desvela los entresijos del llamado 'procés', no se entretiene en los chascarrillos, sino que acomete las entretelas, lo que está en el sustrato de lo acontecido, entre la tela (aparente) y el forro (imperceptible). El mapa que presenta es exhaustivo, tanto en la secuencia de los acontecimientos, como en la comparativa con otros momentos históricos, dentro y fuera de Catalunya. Especialmente memorable es la disección que hace Àlvaro de la evolución de Esquerra y de lo que fue CiU, sin tópicos y sin edulcorantes. Sin ánimo de spoiler, aquí tienen un aperitivo de lo que encontrarán: "La promesa de una independencia exprés ha sido el gran error de los dirigentes del movimiento, al mismo nivel que tres factores más, el desconocimiento de la mentalidad de las élites de Madrid, el hecho de no valorar lo que representa el monopolio de la violencia en manos del Estado y un exceso de confianza en el discurso sobre los intereses materiales de la población por encima de los sentimientos de pertinencia". Como escribió Kant, "la humana propensión a juzgar el pensamiento ajeno con arreglo a las ideas propias". El ensayo de Àlvaro hace justo lo contrario.