Aislados en el mal

De la violación en los videojuegos a la pornografía sin filtros. De las pantallas a los asaltos en las calles. Entre medio, un inmenso vacío en formación y empatía. Las mujeres, como simples cuerpos a los que usar. No hay compasión ni remordimientos. Si acaso, la adrenalina de la caza acrecentada por el grupo. También la euforia de sentirse superior. Y la impunidad. Nada tiene consecuencias, eso creen. Por soberbia o por pura ignorancia. El último trofeo ya no es la mujer vejada, es el vídeo de la agresión.

El reportaje ‘En la mente de La manada’, de Juan Fernández en EL PERIÓDICO, desgrana el trágico fenómeno de las agresiones grupales. Las violaciones no son nuevas y son la manifestación extrema del machismo, pero las actuales ‘manadas’ -tan jóvenes, incluso menores- resultan alarmantes. Delatan un fracaso en la transmisión de valores y en la formación emocional. Es evidente que falla la educación, especialmente en el modo de relacionarse con unas pantallas que abren al mundo y levantan muros, profesoras del bien y del mal. ¿Hasta qué punto pueden llegar a aislar, a insensibilizar de las emociones del otro?