Opinión | Editorial

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El paso adelante del fútbol femenino

La Liga española se inicia con el objetivo de consolidar el crecimiento de los últimos años y el seguimiento del público

Las jugadoras del FC Barcelona calientan en el estadio Johan Cruyff antes de su debut en la Liga.

Las jugadoras del FC Barcelona calientan en el estadio Johan Cruyff antes de su debut en la Liga. / periodico

El crecimiento del fútbol femenino es incuestionable a nivel mundial y ha quedado manifestado con audiencias y seguimiento en las grandes competiciones que ya se aproximan a los que se viven con sus colegas masculinos. El pasado Mundial de Francia fue un ejemplo de ello y el caso particular de Megan Rapinoe también lo ratifica. La capitana de EEUU, campeona del torneo, se convirtió en un ídolo global tanto por sus habilidades futbolísticas como por su abierto posicionamiento contra Donald Trump. El fútbol femenino español, mientras, ha seguido la misma tendencia con un impulso que ha dejado atrás décadas de anonimato y de un trabajo nada reconocido de mujeres que fueron unas esforzadas pioneras. Lo hicieron en un contexto muy adverso y bajo el peso de los estereotipos sexistas.

El panorama es hoy muy distinto ante el inicio, este fin de semana, de la 32ª edición de la Liga. La primera jornada aprovecha el parón en la Liga masculina, por los partidos de la selección clasificatorios de la Eurocopa, con el reclamo de un FC Barcelona-C. D. Tacón, recién ascendido y futuro Real Madrid tras su absorción por el club que preside Florentino Pérez. Que los blancos se hayan visto arrastrados a entrar en la Liga, que ha crecido gracias a la apuesta a lo largo de los años de otros muchos clubs, ratifica ese impulso que ha adquirido la competición.

El torneo cuenta con un pilar importante con el apoyo de un patrocinador como Iberdrola –que ha renovado su contrato por seis temporadas–, con la inyección económica de los derechos audiovisuales y con la progresiva llegada de estrellas extranjeras, un paso que debe servir para consolidar el crecimiento aumentado el nivel de la competición. La federación  ha recuperado el control organizativo, tras mantener un nuevo pulso con la liga de fútbol profesional, y espera que exista una mayor igualdad entre los 16 participantes. Pero parece difícil que el éxito final no esté, como ocurre con el fútbol masculino, en manos de un grupo muy reducido, en este caso el Atlético de Madrid y el FC Barcelona. Las azulgranas tienen el reto de acabar con la racha de tres títulos de las rojiblancas, poseedoras además del récord de espectadores (60.739) en un partido de Liga femenino. Pero más que llamativas cifras en ocasiones especiales, el objetivo debería ser elevar la media general de asistencia, que la audiencia televisiva permita sostener el apoyo del patrocinio y que, más allá de la competición profesional, siga expandiendo la base de practicantes desde los niveles infantiles.