PANTALLAS

Comienza el baile

Pablo Motos y Will Smith en el programa 2000 de 'El hormiguero'

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Mikel Lejarza

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Llegó septiembre, y con él la melancolía por el verano y los pesares por el  nuevo curso que solo hace 'spoilers' en forma de nubes negras tanto en lo económico como en los político. Tambiénn las cadenas presentan sus estrenos para la nueva temporada. Muchas novedades, como siempre, y poco de realmente original en un sector donde todo va a girar en torno a la disputa que la nueva plataforma de Disney/Fox va a plantar a las ya existentes Netflix o Amazon. Warner, que reforzará a HBO; CBS Viacom Apple, y Universal con Comcast saltarán también al campo para jugar el partido durante la próxima década. Todos contra Netflix, parece ser el eslogan de una coyuntura en la que hemos pasado de una competencia entre canales a una, con un número similar, pero de plataformas con su correspondiente factoría de contenidos detrás.

Veremos quién sobrevive y qué alianzas se van forjando, porque lo que parece evidente es que en la economía de los usuarios no hay sitio para todos y que tarde o temprano se acabará pagando por el uso y no por la suscripción. Pero para eso falta aún un poco. Ahora estamos en el inicio de 'Juego de tronos', es decir, donde se presentan los diversos reinos que posteriormente se irán aliando con uno u otro bando.

En ese panorama, las cadenas generalistas seguirán apostando en gran medida por sus valores diferenciales respecto de unas plataformas con las que no pueden competir en músculo financiero ni en producción. Pero tienen en exclusiva la actualidad, ya sea política o social , y es en ella donde se harán fuertes. De ahí que los magacines matinales; los informativos, y  programas como ' Sálvame'; 'El Hormiguero'; 'Al rojo vivo' o 'El intermedio' formen junto a alguna telenovela y los concursos diarios, la columna vertebral de la oferta televisiva en abierto de nuestras televisiones; sin olvidar que hay otros como 'Gran hermano' cuya función consiste en fabricar determinada actualidad y bien que lo hacen.

En resumen, el deporte se fue ya hace tiempo al pago; en gran medida la ficción está también ya en las plataformas; a la televisión en abierto les queda algo de entretenimiento y la actualidad, por lo que en consecuencia las parrillas de programación de las cadenas en abierto cada vez se parecen más a 'radios televisadas'. Ante ello, dos consideraciones . La primera que no es nada peyorativo, puesto que la radio viene demostrando desde hace años que es un negocio más pequeño que el de la televisión, pero también más sólido; además de que con su fórmula de contar la vida diaria a través de sus protagonistas y sus historias logra el milagro de no repetirse sin necesidad de cambiar de programas o fórmulas gracias al excelente nivel de sus profesionales que, con su pluralidad, reflejan bastante acertadamente la sociedad a la que se dirigen.

La radio además, salvo excepciones, ha sabido mezclar con inteligencia el análisis riguroso de lo que nos ocurre con el humor, logrando trasmitir vibraciones mucho más positivas que las trifulcas en otros medios. Y una segunda anotación : ¿dónde quedan los entes públicos en este panorama ? Tanto discutir sobre lo que somos y vamos camino de quedarnos sin la única radio y televisión que es de todos.