IDEAS

El vertedero de Sao Paulo

Visión de Barcelona un día de alta contaminación.

Visión de Barcelona un día de alta contaminación. / periodico

Jordi Puntí

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El otro día pensaba que 'El vertedero de Sao Paulo', la canción que Astrud publicó en el 2007, podría ser un buen himno sobre la amenaza del cambio climático. Aunque la letra recuerda que eso no es una metáfora, sino que están hablando realmente del vertedero de Sao Paulo, la lista de cosas que se pueden encontrar allí funciona precisamente como una metáfora del desastre climático. "¿Cuantos filtros para el grifo de carbón activo hay, cada uno en su funda, en el vertedero de Sao Paulo?", se preguntan.

El desastre climático es un elemento esencial de debate en todo el mundo menos en España

Pensaba en ello por la última novela de la narradora Lucy Ellmann, 'Ducks, Newburyport'. Es el sexto libro de Ellmann, pero aquí no se ha traducido ninguno y es poco probable que ahora tenga más suerte. Sus opciones pasan por ganar el premio Booker, del que es finalista, pero incluso con ese éxito añadido no sería fácil: la novela tiene más de mil páginas y se lee como una frase continua. Su prosa desarrolla el flujo de consciencia de un ama de casa de Iowa: cuenta lo que le pasa por la mente, ya sea su familia, la muerte de su madre, un viaje a París o el hermano de Kim Jong. Da igual: la lectura de un fragmento de 100 páginas me ha permitido entender que lo importante sobre todo es el hilo aleatorio de los pensamientos, de qué manera esas frases funcionan como indicios de una vida completa, señales que nos sitúan en una realidad compartida.

En el centro de esta realidad, claro, hay el desastre climático. De qué forma somos víctimas y nos estamos acostumbrando a vivir en un estado de alarma constante. "Nadie arregla nada", escribe la narradora. "El hecho de que la sal marina ahora contenga microplásticos (...), a veces pienso que hoy en día la gente debe ser la más triste de la historia, porque sabemos que lo hemos estropeado todo, incluso probablemente los geranios". Hace tiempo que la cuestión climática se ha convertido en un elemento esencial de debate —sobre todo en la vida política—, en todo el mundo menos en España, donde la indecisión del futuro gobierno lo tapa todo. Parece que no sepan hacer dos cosas a la vez.