Peccata minuta

'Diada Tsunami'

Para luchar contra la creciente bajamar en aguas independentistas, han encontrado el salvavidas en la expresión 'tsunami'

Marea de 'estelades' en Barcelona, durante la Diada.

Marea de 'estelades' en Barcelona, durante la Diada. / periodico

Joan Ollé

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Recordemos la fórmula del área del triangulo: base por altura partido por dos, contraria a la del 'procés', ya que en su día ambas se multiplicaban exponencialmente por sí mismas: las bases, enardecidas por las certezas de sus líderes llegaron a la feliz conclusión que las paralelas acabarían encontrándose en Ítaca. Ahora andan medio divorciados.

Durante un largo periodo y amparados en los excesos policiales y judiciales españoles, dichos líderes y lideresas, fugadas o entregados a la ley, ya canonizados como héroes y heroínas, no tuvieron la nobleza baturra de explicar a su gente que la desmesura de la reacción tuvo sus causas en los desmesurados hechos que arrancaron el 6 y 7 de septiembre y aún colean. Y que la reacción no solo fue de la pérfida España, sino también de la mitad más uno del censo catalán, perplejo y acomplejado, sin atreverse a decir:“'Però qui us penseu que sou'?” para no ser tildados de fachas.

Se acusa a ERC de haberse convertido en  prima hermana del PSOE y, en consecuencia, cuñada de Cs, el PP y  Vox. Solo el vedetismo egocéntrico de Puigdemont en busca de una solución personal es aplaudido -'pit i collons'!- por aquellas bases que aceptaron, por decreciente convicción de los líderes en su propio argumentario, que la fuerza y la verdad debían residír en “el pueblo”, delegando en él. Y “el pueblo” se lo ha tomado en serio.

Escribía Emma Riverola en su reciente columna 'Comer del tsunami' que, en márketing, cuando un producto no funciona hay que cambiarle el nombre, pero el ardid fracasa cuando no hay producto, solo polvo de ala de mariposa entre los dedos. Desde que CiU inició su ciclo de la mariposa hasta ahora ha pasado por diversos y oportunistas seudónimos que se han ido biodegrando a medida que se veía que detrás de cada uno de ellos no crecía nadita de nada. Pero quien no pedalea cae, y para luchar contra la creciente bajamar en aguas independentistas, han encontrado el salvavidas en la expresión “tsunami”, orientalismo salido de  labios de Jordi Cuixart que no figura en la Real Academia de la Lengua pero sabemos que alude a un temible fenómeno meteorológico que sólo deja a su paso lágrimas y desolación.

El miércoles, 'Diada Tsunami'. A los que nos quedemos en casa viendo lo que pasa en su calle  por su  TV3 -“la televisión de todos” según sonrientes palabras de Vicent Sanchis, su director- nos han robado una fiesta.