Al contrataque
La voz imprescindible
No se trata de un ejercicio de ombliguismo corporativo, sino de la urgente necesidad de reivindicar un oficio indispensable como el periodismo para un ecosistema cívico y democrático como el que -a pesar de todos los pesares- seguimos habitando
Carles Francino
Periodista
- “Pero, entonces… ¿dónde queda el periodismo?”
- “El periodismo ya es historia, hijo”
Esta afirmación no forma parte de ninguna distopía; refleja -por desgracia- una verdad absoluta para bastante gente, incluidos algunos profesionales. Pero como el verano es una fuente mágica para recargar las baterías del optimismo, aprovecho este reencuentro con los lectores de EL PERIÓDICO para desmontar el bulo; o al menos para intentarlo.
No se trata de un ejercicio de ombliguismo corporativo, sino de la urgente necesidad de reivindicar un oficio indispensable para un ecosistema cívico y democrático como el que -a pesar de todos los pesares- seguimos habitando. Contar a la gente cosas que le ocurren a la gente y sacar a la luz lo que alguien quiere ocultar continúan siendo tareas indispensables para conservarlo. Pero para que eso funcione se necesitan dos cosas: el compromiso ético -ejercido a diario- de los periodistas y la confianza -acompañada de pensamiento crítico- de los ciudadanos. No vale vender cualquier moto por intereses espurios, ni tampoco tragárselo todo sin rechistar. Pero estamos en un momento donde ambas actitudes son norma de comportamiento; y así nos va. A todos.
No sé si han tenido oportunidad de seguir 'The loudest voice' ('La voz más alta'), una serie basada en el creador de Fox News, el canal de noticias que desde 1996 ejerce como brazo armado de los conservadores más ultras. Se llamaba Roger Ailes y cría malvas desde hace un par de años, aunque antes de palmarla cayó con estrépito al descubrírsele una carrera salvaje como depredador sexual.
Tipo listo, con una alergia feroz a cualquier cosa que oliera a progresismo, Ailes ha sido uno de los asesores políticos y de los ejecutivos de televisión más influyentes en la historia de Estados Unidos del último medio siglo. Incluso el fenómeno -o el monstruo- Trump lleva también su firma porque Fox News echó toda la carne en el asador para que llegara a la Casa Blanca. El fragmento de conversación que reproduzco corresponde a esa serie y a un momento en el que Ailes se sale por la tangente cuando un periodista pipiolo que él mismo ha contratado le plantea dudas ante sus evidentes intentos de manipulación en un diario local.
Me permito recomendarles esta serie, porque más allá de la sospechosa beatificación del magnate Rupert Murdoch -que fue quien le encargó el proyecto de un canal de noticias- permite decodificar algunas claves de nuestro paisaje social y mediático: ira, sectarismo, enfrentamiento, mentiras…... Ailes se propuso cambiar el mundo y lo consiguió; para mal. Yo he vuelto de las vacaciones más convencido que nunca de que hay que rebelarse contra eso. Sí se puede. Y se debe.
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