La estrategia de Vox

La política de la carroña

El partido de Santiago Abascal se alimenta del dolor ajeno, especialmente de aquel que se siente desprotegido, inseguro

El líder de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso de los Diputados.

El líder de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso de los Diputados. / periodico

Emma Riverola

Emma Riverola

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Vox intenta apropiarse de las protestas vecinales de la Verneda y el Besòs convirtiéndolas en actos contra inmigrantes y ocupas. Vox presenta una denuncia contra Open Arms por “colaboración con organización criminal para el tráfico de personas”. Vox denuncia a EH Bildu por enaltecimiento del terrorismo, tras los homenajes a expresos etarras… En cada uno de nuestros déficits, de nuestras contradicciones, de nuestros conflictos y resquemores sociales, ahí está Vox, notario carroñero del sufrimiento.

El partido de Santiago Abascal se alimenta del dolor ajeno, especialmente de aquel que se siente desprotegido, inseguro. Aquel que no se cree interpelado por el discurso político. Aquel que, de hecho, hace mucho que fue expulsado del foco político. Su estrategia partidista es tan sencilla como efectiva. Ofrecerse como salvador topoderoso, a la vez que reduce al resto de la clase política a una pandilla de ineptos y ladrones. La voz de Vox es potente, pero está amplificada por tantos que dan carnaza a ese discurso envenenado. También por algunos que, aun estando en las antípodas de su pensamiento, se unen en el coro de acoso y derribo del sistema sin brindar alternativas u ofreciendo quimeras inasibles.

Si bien los resultados electorales de Vox no fueron todo lo contundentes que indicaban las encuestas, el poder de su discurso no deja de aumentar. Porque ya no hablamos estrictamente del partido de Abascal, sino del peligroso desgaste político que corrompe la democracia hasta deshilacharla en autoritarismo. El proceso es siempre el mismo: alimentar las 'fake news', acallar a los críticos, cargar contra la prensa, manosear estadísticas a conveniencia y reforzar el ‘nosotros’ frente a los ‘otros’. Si miramos la esfera internacional topamos con poderosos representantes de la política carroñera. Pero también podemos ver las sombras de los buitres bajos nuestros pies. Alientan el sufrimiento para alimentarse de él. Hablan de vida, de seguridad, de grandeza y, al fin, solo devoran nuestra libertad y dignidad.