El placer de observar

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Jordi Puntí

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La transformación del periodismo escrito, tal como lo conocíamos, ha provocado en los últimos años una reacción digamos nostálgica, quizás inevitable, por parte de esas firmas que durante décadas nos han contado las cosas. Así, hemos visto como periodistas de renombre se dedicaban a las memorias personales, el retrato o el elogio (a veces demasiado endogámico) de la profesión. 

El salto del artículo fungible e inmediato al párrafo que quiere perdurar en un libro no siempre iba acompañado por las virtudes del estilo, qué le vamos a hacer, pero de vez en cuando aparece una voz que domina esta transición con elegancia literaria. Es el caso de 'Joc d'oficis' (Cossetània), de Jaume Collell, un paseo delicioso por la trayectoria y los recuerdos del autor a través de cinco perfiles que ha frecuentado: actores, periodistas, músicos, políticos y payeses.

'Joc d'oficis', de Jaume Collell, es un paseo delicioso por la trayectoria del autor y periodista

Jaume Collell, nacido en Manlleu, ha tocado muchas teclas de la cultura. Él mismo se define como un "muchacho juguetón y tímido, escritor circunstancial, músico por distracción y aficionado al teatro", y hay que añadir que durante años dirigió 'El Burladero', una página de sátira política en La Vanguardia, donde después ha seguido como periodista. Esta carrera versátil le llevó a ser actor de la compañía Els Joglars, publicar novelas o montar espectáculos musicales en torno a la figura del músico Viladomat, compositor de zarzuelas y del famoso 'Fumando espero', pero también a foguearse en el periodismo comarcal.

En 'Joc d’oficis', este poso se combina con lo que él llama "el placer de distraerse" -es decir, la esencia del periodista que observa- para repasar a la gente que trató. Los retratos de nombres como Mary Santpere, Ramon Fontserè, Lluís Permanyer o Joan Hortalà, entre otros, se mueven entre la admiración y el escepticismo, y tienen la penetración necesaria para fijar el personaje con cuatro trazos. El contrapunto para explicar el país, a menudo, lo ponen los payeses, esa sabiduría implícita de quien, en lugar de decir que sí a una propuesta, responde: "No te diré que no".