Plácido Domingo, el pan nuestro de cada día

Yo no sé si Plácido Domingo ha acosado o no ha acosado a diez mujeres. Yo sé que, Jocelyn Gecker asegura que nueve cantantes y una bailarina le acusan de acoso sexualacoso sexual. Que otras seis mujeres dicen que el cantante les hacía proposiciones inapropiadas. Y que tres docenas de personas más (cantantes, bailarinas, músicos, técnicos, profesores de voz y un administrativo) dicen que han sido testigos de este tipo de comportamientos.

Plácido Domingo no ha demandado a esta periodista, que firma esta noticia con nombre y apellidos. Si lo hiciera, esta periodista iría a juicio. Debería presentarse con los nombres de esa cincuentena de personas. Debería probar que todos ellos han trabajado con Plácido Domingo. Associated Press ya ha verificado el nombre de las personas que han hablado con la periodista y el hecho de que sí que trabajaron con Domingo. Esto se llama 'fact-checking'.

 La AP ha ganado 53 Premios Pulitzer.  En el 2005 su beneficio anual era de 18.5 millones de dólares. Créanme, la AP no se juega una demanda millonaria, así como así.

Acusar a hombres ricos

Si ustedes quieren creer que hay una mano negra capaz de pagar a 50 personas para que declaren en falso ante un juez, muy rica debería ser esa mano negra. Si creen que Domingo cae tan mal como para que 50 personas quieran declarar en falso, muy rarito tendría que ser Domingo.

En cuanto a ¿por qué no demandó ninguna chica en su momento? Porque el patrimonio personal de Plácido Domingo se estima en 300 millones de dólares. Los casos de Carl Andre o OJ Simpson -que salieron absueltos en juicio del asesinato de sus mujeres gracias a sus abogados millonarios-  han enseñado a cualquier mujer pobre a no entrar en pleitos con un hombre rico. Si se libran de un asesinato, ¿no se van a librar en un caso de acoso?

Así que, no, no son “acusaciones anónimas”. Hay nombres y apellidos. No es “linchamiento mediático”. Son años de investigación. No es “denuncia de mujer”. Es “la justicia no es infalible y si eres pobre es más falible”. No es una conspiración feminista. Es el pan nuestro de cada día.