IDEAS

Bowie antes de Bowie

El documental de Movistar 'David Bowie: the early years' (David Bowie: los primeros años), que también podría haberse llamado, 'El triunfo de la voluntad'

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Ramón de España

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Hubo una época en la que David Bowie todavía no era David Bowie, sino un muchacho llamado Davey Jones que vivía en un pueblo cercano a Londres, encajaba con doloroso estoicismo el desafecto de su madre, una mujer de hielo, y soñaba con ser una estrella del rock.

Corrían los años sesenta y nuestro hombre no daba pie con bola. Formaba un grupo detrás de otro -The Lower Third, The Buzz…- y no llegaba a ninguna parte: hasta la BBC lo describió en uno de sus informes internos como un tipo sin talento ni personalidad que no triunfaría jamás.

En esos años se centra el documental de Movistar 'David Bowie: the early years' (David Bowie: los primeros años), que también podría haberse llamado, con el permiso de Leni Riefehnstal, 'El triunfo de la voluntad', ya que Davey Jones era de los que mordía y no soltaba, se hundía un rato ante cada nuevo fracaso y volvía rápidamente a la carga. El documental termina en 1973, cuando Bowie, adoptando la personalidad ficticia de Ziggy Stardust, ya arrasa en las listas de éxitos y vende discos a cascoporro. Pero antes de eso….Como decía el célebre espiritual negro, Nadie sabe las desgracias que he visto, nadie las conoce salvo Jesús.

El documental cuenta con la presencia de amigos y conocidos de Bowie -compañeros de grupos olvidados, su eterno compadre y productor Tony Visconti, Lindsay Kemp, su primera novia formal, la etérea Hermione Farthingale, o una prima suya muy graciosa-, pero no aparece en ningún momento su primera esposa, la inefable Angie, que ahora es una señora pesada que solo da señales de vida para poner verde al difunto, pero que a principios de los setenta se partió la cara por hacer triunfar a su maridito. Y no hay que olvidar que a Angie se le atribuye la invención del 'mullet', ese peinado absurdo, corto por los lados, largo por detrás, que triunfó mucho en Alemania y hasta llegó al mundo del country, como bien sabe Billy Ray Cyrus.

Entre todos trazan un retrato bastante aproximado de lo que era David Bowie antes de ser David Bowie. Y el material de archivo, salvo alguna pieza bochornosa (Bowie haciendo de mimo), resulta muy interesante, sobre todo el del grupo folk Feathers, que montó nuestro héroe con Hermione y un colega. Esta es la historia de un artista en busca de sí mismo y resulta de obligada visión para cualquiera al que, como a mí, Bowie le alegrase la vida.