Al contrataque

Brindis al sol

Casado sabe que las posibilidades de éxito de su oferta a Ciudadanos y Vox son nulas, pero él lo hace porque otra debacle agudizaría sus problemas internos

El presidente del PP, Pablo Casado, durante el acto de toma de posesión de Isabel Díaz Ayuso al frente del Gobierno de la Comunidad de Madrid.

El presidente del PP, Pablo Casado, durante el acto de toma de posesión de Isabel Díaz Ayuso al frente del Gobierno de la Comunidad de Madrid. / periodico

Cristina Pardo

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Pablo Casado está de oferta, ahora que se vislumbran en el horizonte otras elecciones generales. Si nadie lo remedia. El líder del PP ha vuelto a proponer una especie de gran coalición de su partido con Ciudadanos y con Vox para evitar una nueva derrota electoral fruto de la fragmentación de la derecha. Casado sabe que las posibilidades de éxito de esta oferta son nulas, pero él lo hace porque otra debacle agudizaría sus problemas internos y porque sabe que por sí solo, y con Unidas Podemos de capa caída, él no puede superar al PSOE.

Parece un plan surrealista, el de unir preventivamente a Ciudadanos con Vox, viendo lo complicado que ha sido pactar a posteriori, cuando ya sumaban en ayuntamientos o comunidades autónomas. Y además, ¿con qué programa se presentarían? ¿Y cómo podrían garantizar a sus votantes que después se iban a respetar sus respectivas propuestas? En caso de ganar, y que Casado fuera presidente, ¿haría ministros a Albert Rivera y a Santiago Abascal? ¿Qué gobierno sería ese, si lo que quiere por encima de todas las cosas el líder de Ciudadanos, como Pablo Iglesias, es ocupar el puesto del que le nombra?

Este país no está preparado para coaliciones de ese calibre, aunque ellos digan que sí. Todos quieren tener su parcelita de liderazgo y sus partiditos. Por eso ahora estamos como estamos. Pero, además, ¿cómo pretende Casado poner de acuerdo a tres formaciones políticas, cuando él no es capaz ni de domar a los suyos? El presidente del PP vasco ya ha dicho que le parece inviable sumar con aquellos que critican el concierto económico. Y el líder gallego, Núñez Feijóo, ha asegurado que ve bien la propuesta, pero para otras partes de España. En la suya, no. ¿Por qué? Pues -ojo al ataque velado a la dirección de Génova- porque en Galicia ya hay un partido mayoritario de derechas, que es el que preside él; cosa que no puede decir Casado.

Para que quede claro: Feijóo viene a decir que si el PP hubiera obtenido un resultado más rotundo a nivel nacional, no serían necesarias estas iniciativas. A todo esto, Rivera y Abascal ya han rechazado la propuesta de Casado, pero la portavoz en el Congreso ha salido a mostrar su malestar por las declaraciones de Feijóo. “Estoy convencida -ha asegurado Cayetana Álvarez de Toledo- de que hará lo posible por sumar e integrar”. Lo dicho: si tienen dificultades para integrarse en el propio PP, como para formalizar un trío.