El campeón no parece el campeón

Real Madrid y Atlético ya llevan tres puntos de ventajilla inicial y bastantes campeonatos se han decidido por menos de tres puntos

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Antonio Bigatá

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Los catastrofistas tienen un escenario culé que parece hecho a su medida. Piensan que en realidad la Liga empieza este sábado y que las conjunciones astrales adversas ya determinan, para comenzar, que al Real Madrid y al Atlético les han dado tres puntostres puntos de ventajilla inicial. Y recuerdan, claro está, inmediatamente, que bastantes campeonatos se han decidido por menos de tres puntos.

Pero lo peor, razonan, es que el Barça no ha hecho una pretemporada preparativa de verdad. Para este club el libro de estilo dice que la pretemporada es el plazo de tiempo y trabajo en el cual el equipo y sus novedades se compenetran con MessiMessi. Eso no se ha producido esta vez. Griezzman ni siquiera ha tocado la pelota en serio con él, los posibles engarces automáticos de ellos dos con Suárez Dembelé deben empezar a ensayarse, y los apoyos cualitativos que les tienen que llegar desde atrás no se han rodado. Encima está la incógnita NeymarNeymar con lo que comporta respecto a posibles bajas en el intercambio. Paradójicamente, la única nota positiva del verano es la salida de CoutinhoCoutinho, aunque según lo que haga en el Bayern puede provocar suicidios.

Nada de lo que tiene que impulsar al campeón a renovar su éxito está a punto. No se ha aclarado nada el overbooking del centro del campo por la ausencia de otro hombre que casi todos creíamos –y creemos— importante para el estilo BarçaArthur. Por culpa de eso las prácticas excelentes de De Jong en la pretemporada no sabemos si son más o menos definitivas en lo referente a posición en el campo. Rákitic ha entrenado sin saber si continuará, hay un enamoramiento a corto plazo imposible de la afición con Riqui Puig, persisten las dudas sobre si Busquets recuperará el nivel esplendoroso, y casi nadie cree que el nuevo destino posicional de Sergi Roberto o la progresión de Aleñá vayan a convertirles en los titulares fijos surgidos de la cantera con que sueña la grada.

Y añadan un gramo de pimienta: en la pretemporada uno de los mejores y más efectivos ha sido Rafinha, que está en la plantilla porque no han logrado traspasarle. Atrás, buen inicio de Neto sustituyendo a Cillessen, pasos de asentamiento definitivo por parte de Semedo y dudas, ¿por qué no decirlo?, sobre la categoría defensiva de Junior, un lateral contratado por ser muy prometedor al ataque.

Pero los no catastrofistas tenemos asimismo nuestras bazas. Nos alimenta la moral como tantas otras veces el Real Madrid. No ha hecho en absoluto sus deberes, la revolución y la renovación prometidas. Continúa con un conjunto de hombres en su mayoría gastados y mentalmente antiguos, empezando por Sergio Ramos y acabando por Florentino. Lo que pasa en el Barça con Rafinha lo tienen ellos con Baleque parece estar ahora en forma sólo para joderles. Necesitan desesperadamente a Neymar como último cartucho para aspirar a las grandes cosas pues empiezan a descubrir que Hazard es un bonísimo jugador pero no el crack total que necesitan, y si no consiguen fichar al brasileño quedarán condenados a depender del ya muy visto Benzema como máxima figura.   

Europa tampoco da más miedo que la temporada pasada, aunque el robustecimiento inglés continuará atormentándonos. Nadie se ha reforzado espectacularmente. Todo da a entender que la correlación de fuerzas será similar a la ya conocida, en la que únicamente faltó acierto en los días decisivos ante el Liverpool. Éste será uno de los rivales, junto al City, el Tottenham, la Juve y el Bayern (si el Madrid no consigue a Neymar). Por eso la temporada puede ser buena aunque arranque con ese déficit de tres puntos en la Liga. San Messi, Ora pro nobis puede conseguir a la tercera su promesa de empujarnos al cielo del fútbol.