La deficiente reacción ante la listeriosis

A estas alturas, el brote de listeriosis, la enfermedad infecciosa provocada por la 'Listeria monocytogenes', una bacteria muy común que de introducirse en la cadena alimentaria representa un evidente peligro para la salud, se ha convertido no solo en un problema sanitario sino también en una disputa política que reclama, cuanto antes, una investigación en toda la regla. Afecta no solo a Andalucía sino a otras regiones españolas y ha generado una afluencia de casos en urgencias y temor en la ciudadanía, unos 200 afectados y al menos una muerte achacable a este brote. La infección, que se cobra en España más de una veintena de muertos por año, está presente en diversos alimentos y puede darse en productos crudos o elaborados en plantas donde ya anide la bacteria, pero la mayoría de veces son fenómenos aislados y domésticos. El serio problema actual se agrava al saberse que los productos infectados producidos por una empresa alimentaria, Magrudis, han sido varios, se han distribuido como marca blanca y se han servido en bares y restaurantes, con lo cual la afectación es más extensa e incontrolable.

El desfase de tiempo entre la percepción del aumento de casos, la localización exacta del brote, los análisis, la retirada de algunos productos y la posterior alerta sanitaria, y también un descontrol entre instituciones, llena el caso de dudas. Una vez resuelta la alerta serán necesarias explicaciones contundentes de la Junta de Andalucía y un mayor énfasis en los procesos de inspección y control.