análisis

Jubilación y rendimiento laboral

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Judit Vall

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Algunos miembros de mi familia a menudo comentan que tienen ganas de jubilarse y que es injusto tener que esperar hasta la edad mínima requerida para cobrar la pensión. Sus principales argumentos sonque han trabajado desde muy jóvenes y en empleos muy físicos que han mermado su salud, lo que me lleva a reflexionar sobre cuál debería ser la edad de jubilación, qué efectos tiene sobre la productividad laboral el trabajar más años (en edades avanzadas), pero sobre todo: ¿las personas con trabajos físicos deben jubilarse antes que las personas con trabajos intelectuales?

Desde 2013, la edad de jubilación en España depende de las cotizaciones acumuladas y varía entre los 65 y los 67 años. Algunos colectivos disfrutan de un tratamiento especial por el que acceden a una jubilación anticipada sin reducción alguna en su pensión; entre otros, los mineros, bomberos y profesionales taurinos. Por ejemplo, en el caso de los bomberos se aplica un coeficiente de reducción de la edad de jubilación de 0,20 por cada año completo trabajado como bombero, aunque no pueden jubilarse antes de cumplir los 60 años.

A priori parece razonable que las personas expuestas a una elevada carga física en su carrera puedan acceder a la pensión de jubilación a una edad más avanzada que las personas que hacemos un esfuerzo físico prácticamente nulo en nuestro trabajo. ¿Se desprende de esto que las personas con trabajos de más carga intelectual deberían jubilarse más allá de los 67 años actuales?

Dos cosas están claras con relación a la edad y al trabajo. Por un lado, para la mayoría de nosotros, el desgaste de las cualidades físicas y cognitivas se inicia a partir de los 30 años. Por otro lado, los trabajadores acumulan formación y conocimientos a lo largo de toda su carrera laboral y hasta después de los 50 —aunque sus cualidades físicas y cognitivas disminuyan—, por lo que los salarios y la probabilidad de tener empleo también aumentan a lo largo de la carrera laboral hasta cumplir 50 años (en promedio).

Para la mayoría de nosotros el desgaste de las cualidades físicas y cognitivas se nicia a partir de los 30 años

¿Pero qué ocurre con la productividad laboral a partir de los 50? ¿Sería mejor imponer una edad de jubilación obligatoria incluso para los trabajadores que desarrollan tareas con un alto valor añadido y que no sufren un deterioro físico tan claro en sus puestos de trabajo? Existe un estudio en los Estados Unidos que mide cómo evoluciona la productividad laboral en un grupo de trabajadores muy cualificados cuando estos se hacen mayores. Sus autores (Elliot Ash y Bentley MacLeod) recogen datos laborales de un colectivo muy particular, los jueces del Tribunal Supremo de los difertentes estados, entre los años 1947 y 1994. La medida de productividad que utilizan es el número de veces que una decisión judicial se cita en decisiones judiciales futuras. Existe consenso entre el colectivo de jueces, fiscales y abogados de que se trata de una buena medida de la calidad y la productividad de estos jueces porque, si una decisión judicial es útil, se utilizará en decisiones futuras como argumento. 

Los resultados principales del estudio son los siguientes: la calidad de los jueces es, en gran parte, una variable individual. Es decir, hay jueces que mayoritariamente dictan sentencias que serán importantes en el futuro (hacen un buen trabajo) y hay otro tipo de jueces cuyas sentencias se citan muy poco. Aparte de esto, los autores demuestran que la calidad de todos los jueces (tanto los «buenos» como los «no tan buenos») disminuye con la edad: si dictan sentencia siendo más mayores, se citan menos. Por último, el estudio recopila información de los estados que, durante el periodo estudiado, introducen la jubilación obligatoria a los 70, 72 o 75 años, y comparan la calidad de las sentencias en esos estados antes y después de introducir esa edad obligatoria de jubilación. Los resultados arrojan que, cuando el estado fuerza a los jueces a jubilarse, la edad media de los jueces disminuye (los jueces son más jóvenes en promedio) y la calidad de las decisiones judiciales aumenta.

En conclusión, según estos datos, parece que la sociedad en su conjunto saldría beneficiada si se «invitara de manera contundente» a los trabajadores con tareas menos físicas y más intelectuales a jubilarse a cierta edad porque la calidad de su trabajo a esas edades es claramente menor que durante su carrera laboral anterior. Otro tema más complicado de estudiar y, por el momento menos claro en la literatura, es cuál sería la edad de jubilación más adecuada.