LOS ALCALDES

Las retribuciones municipales

Los 'comuns' son la única fuerza política grande que ha aprobado un código ético donde fija su salario máximo en los ayuntamientos

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y su socio de gobierno, el socialista Jaume Collboni, el pasado 23 de julio.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y su socio de gobierno, el socialista Jaume Collboni, el pasado 23 de julio. / periodico

Eulàlia Vintró

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cada cuatro años se repite en los medios de comunicación el debate sobre los sueldos de los alcaldes, concejales y altos cargos municipales, así como los de las diputaciones y otros organismos locales. La constitución de los ayuntamientos el mes de junio y los primeros plenos donde se deciden la estructura del gobierno y las retribuciones estimulan la difusión de las cifras con incrementos salariales, mayoritarios, y con las rebajas o mantenimientos, minoritarios.

Desde el año 2013 una ley, aprobada por el PP, fija el límite máximo del sueldo de los alcaldes en función de la población, desde 106.000 euros anuales en Madrid hasta 42.452 euros para municipios entre mil y cinco mil habitantes. La concreción de la cantidad corresponde al pleno municipal con el voto de los concejales. Aunque la ley no lo determina, es habitual que el sueldo de los concejales y los altos cargos sea inferior al del alcalde, exceptuados unos cuantos gerentes. Es significativo comprobar que casi siempre los salarios del gobierno y de la oposición se aprueban por unanimidad.

Los portales de transparencia, obligados, ofrecen los detalles de cada municipio y permiten observar las similitudes y diferencias entre ayuntamientos y, a veces, su evolución. Se trata de dedicaciones exclusivas e incompatibles con otros salarios públicos o privados. Desgraciadamente no siempre se produce esta incompatibilidad y los electos pueden ingresar dinero extra en concepto de dietas y asistencia a consejos de administración de empresas y entidades públicas.

Los 'comuns' son la única fuerza política grande que ha aprobado un código ético donde fija el salario máximo para las personas que la representen en los ayuntamientos, 2.200 euros netos, equivalente a tres veces y media el salario mínimo interprofesional, y la prohibición de aceptar regalos y cualquier otra contribución. Este código también preveía medidas de conciliación entre la vida política y la personal difíciles de aplicar. Por esta razón, y otras, han decidido que en Barcelona la alcaldesa incremente en 900 euros, un 40%, los 2.200 euros que cobraba hasta ahora y que el resto de concejales  reciba 600 euros más.

Si tenemos en cuenta que el sueldo de la alcaldía de Barcelona era antes de 100.000 euros, cantidad ratificada por los demás partidos en contra de la propuesta de Ada Colau de rebajar en un 27% esta cifra, y que ella y todos sus concejales destinan a proyectos sociales el dinero que queda después de cobrar el sueldo del código ético y pagar los impuestos correspondientes, resultan insensatas las críticas a quien aún cobra menos que sus colegas alcaldes de las grandes ciudades españolas.

Falta un debate serio

No se ha hecho un debate serio sobre qué deberían cobrar los cargos públicos locales en función de su dedicación, responsabilidades, competencias, población, recursos propios y subvenciones, territorio, medios de transporte, contaminación y tantas otras cuestiones que tienen bajo su mando. Y tampoco me consta que haya ningún análisis comparativo entre las retribuciones, todas, que perciben los políticos y los gestores privados de grandes empresas o bancos para poder opinar con conocimiento de causa. Tampoco estaría mal que nos informáramos de las retribuciones de otros países europeos como hace este jueves este diario.

Si hay que criticar, hagámoslo con información y reflexión previas.