Defensa de un modelo político

Una propuesta republicana para Catalunya

La República no es una bandera, son oportunidades y esperanzas para la gente de este país

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Roger Torrent

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Mis dos hijas se están educando en la misma escuela pública donde yo estudié. Cuando yo lo hacía, a mediados de los 80, compartía aula con niños y niñas de familias que vinieron a trabajar a nuestro municipio procedentes de diferentes partes de España. Llegaron sobre todo de Andalucía y más concretamente de Jaén. Crecimos juntos. 

Hoy mis hijas, Elna y Ada, comparten estudios y juegos con los nietos y nietas de los trabajadores y trabajadoras que vinieron de Jaén, pero también con los hijos e hijas de familias venidas de Argentina, China o Marruecos.

Así es la foto del municipio donde he sido alcalde durante más de 11 años. Así es nuestro país.

Catalunya es una comunidad de personas diversas con identidades múltiples y acumulativas. Somos una sociedad mestiza, plural, dinámica y abierta que no le pregunta a nadie de dónde viene sino a dónde va.

No defendemos un repliegue nacionalista o populista, sino una respuesta progresista a las crisis que se sobreponen en el actual cambio de épocas

Lo que resulta determinante para sentirse parte de esta comunidad no es el origen, la lengua o la religión de cada uno, sino la voluntad de construir un proyecto en común que ponga el interés general al centro de las decisiones políticas. Una comunidad que se cuide a sí misma, que sitúe las personas al frente de sus prioridades.

Cuando hablamos de República no pensamos en ejércitos, himnos o banderas. Para nosotros y nosotras, la República son escuelas, hospitales, pensiones, derechos laborales y servicios sociales. Son, en definitiva, oportunidades y esperanzas. Las que quiero para mis hijas y las que quieren los padres y las madres de sus compañeros y compañeras.

Para los republicanos y las republicanas, la República es el instrumento idóneo para superar los límites que impone el régimen del 78 al desarrollo económico, social y cultural de nuestro país. Es una oportunidad para reconstruir el espacio público a partir del ensanchamiento de las formas de participación democrática, el compromiso con la justicia social, la equidad, la fraternidad, el bien común y el respeto a los derechos y las libertades fundamentales. Es, en definitiva, la mejor herramienta para mejorar las condiciones materiales de vida de nuestra comunidad.  

Nosotros no somos nacionalistas, somos independentistas. En oposición a la concepción decimonónica del estado-nación, en plena globalización y en un contexto de máxima complejidad, nuestra propuesta republicana no es un repliegue nacionalista o populista, sino una respuesta democrática y progresista a las diferentes crisis que se sobreponen en el actual cambio de época.

Nuestra propuesta política tiene muy presentes los retos que plantea al nuevo escenario global. La agenda política tiene desafíos inexcusables y estamos convencidos de que la mejor forma de afrontarlos es redefinir nuestra posición en el tablero.

Debemos ser capaces de responder cómo gestionamos los problemas derivados de la emergencia climática o del envejecimiento de la población. Cómo posicionamos competitivamente nuestra economía en el contexto de la revolución 4.0. Cómo repensamos la formación y el acceso a un mundo laboral en profunda transformación. Cómo superamos la precariedad y acabamos con la figura del trabajador pobreque nos ha dejado como cicatriz la crisis económica. Cómo afrontamos la gentrificación de nuestras ciudades y que mediadas acordamos para garantizar el derecho a la vivienda. Cómo implementamos una agenda feminista que nos lleve de una vez por todas a la igualdad real entre hombres y mujeres. Cómo nos involucramos de forma efectiva en la lucha por los derechos fundamentales de las personas refugiadas.  

La rica diversidad de nuestro país

Necesitamos respuestas concretas a todas estas cuestiones, y muchas otras, que tienen una manifestación propia, pero que tienen conexión evidente con este escenario global cambiante y cada vez más conectado. Por esto también es necesario comprender que, cada vez más, la idea de la independencia (la no-dependencia) supone, fundamentalmente, asumir la plena gestión de las crecientes interdependencias

Con los padres y las madres de las niñas y los niños que comparten escuela con mis hijas seguramente hay muchas cosas que nos hacen diferentes. Todas estas familias representamos la rica diversidad de nuestro país. Pero lo que seguro que nos une es que queremos lo mejor para nuestros hijos e hijas. Lo que compartimos, sin duda, es la voluntad de construir una sociedad más justa, equitativa y próspera para las generaciones futuras. La República no es una bandera. La República son nuestros vecinos y vecinas. La República son oportunidades y esperanzas para la gente de este país.