Dos miradas

La herencia

El 45% de los chicos creen que si las madres trabajan fuera se puede resentir la vida familiar, lo que delata un enquistamiento de los roles tradicionales y el fracaso emocional de muchos hombres

Una guardería en Ciutat Meridiana

Una guardería en Ciutat Meridiana / periodico

Emma Riverola

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Padres, algo hacéis mal. Padres en masculino a secas, no en masculino genérico. Hombres padres. O quizá sí, quizá también en genérico. Padres y madres. El 45% de los chicos creen que si las madres trabajan fuera se puede resentir la vida familiar. Esa misma percepción la comparte un 41,9% de las chicas. Este es uno de los esclarecedores datos que arroja el barómetro ‘Juventud y género 2019’, realizado por el Centro Reina Sofía de la Fundación de Ayuda a la Drogadicción, a jóvenes de entre 15 y 29 años. ¿Cuántos fracasos destilan esas cifras?

Es evidente que delatan un enquistamiento de los roles tradicionales entre géneros, las miradas siguen ancladas en estereotipos que perpetúan la desigualdad. Pero también desnudan un fracaso emocional de tantos hombres. Si el compromiso de ambos progenitores con los cuidados fuera el mismo, si el trabajo no fuera el camino de deserción que demasiados hombres utilizan para no implicarse en el mundo afectivo, en la logística del hogar y en la educación de los hijos, no se exigiría esa presencia materna. Y, lo peor, no se dejaría en herencia la desigualdad del cuidado.