50º ANIVERSARIO DE LA GRAN HAZAÑA ESPACIAL

La guerra por la Luna

La humanidad necesita palabras como 'conflicto' para dar los grandes pasos tecnológicos

Nikita Khrushchev y John Fitzgerald Kennedy, en Viena en 1961.

Nikita Khrushchev y John Fitzgerald Kennedy, en Viena en 1961. / periodico

Salvador J. Ribas

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Esta semana conmemoramos los 50 años de la llegada del hombre a la Luna, uno de los acontecimientos más destacados del siglo XX y probablemente de la historia de la humanidad. Por primera vez nuestra especie ponía los pies en un cuerpo celeste más allá del planeta Tierra. El camino hacia dicho hito no fue ni mucho menos fácil y seguramente es imposible de explicar si lo aislamos del contexto político mundial del momento.

La segunda guerra mundial representó un gran foco de avance científico y tecnológico para hacer frente a los desafíos de una guerra moderna. Por desgracia, la humanidad tiene tendencia a realizar grandes avances cuando se trata de aniquilar al enemigo de la manera más eficaz posible.

Operación Paperclip

En este marco se entiende el interés de EEUU para capturar la máxima información posible de los cohetes de largo alcance diseñados por el Ejército nazi, los conocidos como V2, hasta el punto de diseñar una misión específica para hacerse con el equipo de su diseñador, Wernher von Braun. La operación Paperclip fue un éxito y con la ayuda de la amnesia colectiva Von Braun dejó de ser un referente de las SS para pasar a ser un noble ciudadano americano instalado en Alabama diseñando cohetes para apuntar a la URSS. Por otro lado, los soviéticos se hicieron con numerosa información y muestras del cohete V2 que pusieron a disposición de un equipo secreto encabezado por Serguéi Koroliov con el objetivo simétrico al de Von Braun.

Lo que era un conflicto militar en potencia, la guerra fría, se convirtió en una carrera de desarrollo tecnológico para conquistar el espacio. Tanto Von Braun como Koroliov tenían el sueño de enviar cohetes al espacio, así que rápidamente el objetivo de los mismos dejó de ser apuntar a otro punto del planeta para ser salir de él.

En 1956, en Barcelona, en una reunión preparatoria del año geofísico internacional de 1957, los estadounidenses comentaban abiertamente la idea de mandar un dispositivo al espacio mientras los soviéticos se limitaban a decir que contribuirían en este ámbito. Pocos meses más tarde, la URSS puso en órbita el primer satélite, el 'Sputnik', poniéndose por delante de los americanos, quienes rápidamente reaccionaron y dejaron vía libre a Von Braun para que pusiera en órbita el 'Explorer I'.

De Laika a Yuri Gagarin

Lógicamente, después de poner un satélite en órbita, la carrera giraba en torno al primer ser humano que pudiera ponerse en órbita. La URSS no paró de cosechar éxitos: la perra Laika fallecida en vuelo, las perras Belka Strelka que volvieron sanas… Hasta llegar a 1961 con la puesta en órbita de Yuri Gagarin, el primer ser humano en el espacio.

El maltrecho orgullo estadounidense y su pérdida de credibilidad como referente tecnológico impulsaron al presidente John Fitzgerald Kennedy a declarar, en uno de sus discursos célebres, que era imprescindible llegar a la Luna, aunque fuera una empresa muy difícil, antes del final de la década. En paralelo le dio un cheque en blanco a James Webb, administrador de la NASA, para lograrlo. No obstante, se cuenta que intentó un acuerdo con el líder soviético Nikita Khrushchev, que fue rechazado por la URSS conscientes de que ellos dominaban la carrera espacial.

Cóctel perfecto

Reunimos un conflicto entre potencias con una inversión nunca más vista en la historia de la NASA para desarrollo tecnológico, todo ello servido con la necesidad de recuperar el orgullo herido y mostrarse al mundo como referente… y tenemos el programa 'Apolo' estadounidense para llegar a la Luna.

Von Braun pudo trabajar en unas condiciones excepcionales y desarrollar y probar tecnología que permitió dar un vuelco espectacular a la situación. En 1968 logró poner a tres astronautas en órbita lunar por primera vez en la misión 'Apolo 8'. Un simple preludio de lo que llegó en verano del 1969: el 16 de julio despegó el 'Apolo 11' con Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins. Lo que ocurrió la tarde-noche del 20 de julio, con el descenso del 'Eagle' sobre la Luna, forma parte de la historia colectiva de la humanidad. Tras seis alunizajes con éxito entre 1969 y 1972, desde entonces no hemos vuelto a la Luna, sin guerra fría las inversiones no han parado de caer desde entonces.

Al parecer, la humanidad necesita de palabras como guerra o conflicto para dar los grandes pasos tecnológicospasos que nos llevarían de nuevo a la Luna o con los que emprenderíamos el camino a Marte. Quizá ha llegado el momento en que pensemos en el espacio como un objetivo en sí; su exploración y estudio nos llevará  con toda certeza a mejoras en nuestra vida cotidiana, por lo tanto, ¿para qué esperar a un nuevo conflicto?