Al contado

¿Se puede crecer sin gobierno?

La cuestión es si con un Ejecutivo que aplique las políticas adecuadas el dinamismo sería aún mayor

Sánchez e Iglesias, antes de la reunión de este martes.

Sánchez e Iglesias, antes de la reunión de este martes. / periodico

Agustí Sala

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La respuesta a esta pregunta parece muy evidente. Incluso, da la sensación, de que sencilla. La economía no se resiente de la situación política. Para este año las perspectivas son positivas. La Comisión Europea acaba de revisar alza las previsiones de crecimiento en dos décimas, hasta el 2,3%.

Eso ha dado pie a la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviñopara anunciar que el Gobierno, en breve, incrementará su estimación de crecimiento para el ejercicio actual, que tiene situada, por ahora, en el 2,2%. De hecho, ya deberían haber presentado el cuadro macroeconómico y el techo de gasto para los Presupuestos Generales del Estado del 2020. Pero, claro, no hay Gobierno.

En Catalunya sí que lo hay, pero en precario. Con unas cuentas públicas prorrogadas desde el 2017 y la perspectiva de que las del 2020 se queden también en el limbo como las del 2018 y las del 2019, el Ejecutivo catalán está más inmerso en las pugnas entre sus socios de Junts per Catalunya y ERC que en llevar a cabo políticas destinadas a afianzar, consolidar e incrementar el dinamismo económico. Pero, claro, hay gobierno, pero es casi como si no lo hubiera, ya que la posibilidad de unas elecciones cobra cada vez más fuerza.

En este contexto, los datos sobre el producto interior bruto (PIB) son esperanzadores. A finales del año pasado, la mayoría de estimaciones apuntaban a una importante desaceleración que la inestabilidad política, por cierto, parecía que iba a incrementar.

Los hechos han desmentido esos pronósticos, pero las estimaciones para el 2020 siguen apuntando a esa desaceleración que, al final, seguramente, llegará. Ninguna de las previsiones varía y se espera que la economía española crezca el año que viene el 1,9%, es decir, por debajo de este año. Quizás vuelven a fallar los augurios, pero lo cierto es que se requiere algún impulso. 

Y ese empujón, aunque parezca mentira, ha de venir del papel que el Gobierno juega en el conjunto de la economía. Es verdad que con sus actuaciones los Ejecutivos pueden frenar más que acelerar las economías, pero si estas son acertadas pueden catapultarlas.

Es de lo que alertan los empresarios, los sindicatos y otras organizaciones económicas y sociales: No se puede vivir eternamente de la inercia del crecimiento. De vez en cuando hay que aportar combustible mediante unas políticas determinadas. Y eso solo pueden hacerlo los gobiernos. Por ello quizás la cuestión no sea si se puede crecer sin gobierno sino si con un Ejecutivo que tomara decisiones acertadas la economía podría crecer aún más.