Pequeño observatorio

El pequeño paraíso de la canción

Siempre he sido un admirador de las canciones francesas que hablaban de hechos cotidianos, de sentimientos limpios, sencillos y al mismo tiempo profundos

Lluvia en Barcelona

Lluvia en Barcelona / JORDI COTRINA

Josep Maria Espinàs

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Esta es una historia de Georges Brassens. Ya hace tiempo que echo de menos historias palpitantes y vivas como esta. Ya sé que el realismo ha producido importantes historias, pero echo de menos la poderosa y original creatividad. No todo tiene que ser muy importante, de acuerdo con unos cánones. La libertad puede ser, evidentemente, arriesgada, pero la creatividad es una jugada arriesgada. Y no siempre se debe buscar en la complejidad.

Me sumo a la canción de Brassens: un poco de lluvia, un poco de sol, un poco de silencio pueden ser un pequeño paraíso. 

Siempre he sido un admirador de las canciones francesas que fueron populares en otros tiempos y que hablaban de hechos cotidianos, de sentimientos limpios, sencillos y al mismo tiempo profundos. Qué lección más sabia y más hermosa nos da el cantante Georges Brassens. Y qué maravilla las canciones de Jacques Brel. Me parece que ya hace años que Brassens ha pasado de moda. Sospecho que hace años que se ha impuesto el poder absoluto de las enérgicas letras. Hoy nadie osaría -ni Brassens ni Brel- hacer canciones como aquellas.

Es posible que algún lector recuerde una de las canciones que ya transcribí hace muchos años. Si continúa viva es porque posee un latido sencillo y vital. Y un tema original: el paraguas. En la historia inventada por el protagonista está lloviendo mucho y él ofrece su paraguas a una chica desconocida que se está mojando. Y ella dice sí.

"Un pequeño rincón de paraguas como un rincón de paraíso. Hacer el camino juntos. Qué momentos de ternura, yo los habría alargado varios días y varias noches. Pero lamentablemente las rutas compartidas se separaron. Qué estúpida tormenta, que separaba un camino en dos caminos. Y entonces ella dijo 'gracias' por haberla acompañado. Pensé que en este país había demasiados caminos. Vi cómo se alejaba hasta hacerse invisible. Me había dicho 'muchas gracias, ahora ya no llueve'. Vi que se alejaba alegremente por el camino del olvido".