LA PROPUESTA DE TORRENT

ERC, ni claridad ni moderación

En el discurso del presidente del Parlament no hubo autocrítica y sí, en cambio, los mismos mantras que justificaron la vía unilateral

Roger Torrent, en el desayuno informativo de Fórum Nueva Economía, este jueves.

Roger Torrent, en el desayuno informativo de Fórum Nueva Economía, este jueves. / periodico

Joaquim Coll

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En buena parte de la opinión en Catalunya hay un enorme deseo de que ERC se convierta en el partido moderado del independentismo. El problema es que por ahora nada permite avalar esa esperanza. Lo último fue el veto a Miquel Iceta para ir al Senado. En la conferencia de Roger Torrentproponiendo un <strong>referéndum a la canadiense</strong>, encontramos un nuevo ejemplo de que los republicanos, aunque a ratos quieren ser pragmáticos, no han variado sus argumentos de fondo.

La pregunta es previa: ¿qué entendemos por moderación? El pragmatismo puede ser una condición necesaria pero no suficiente. Ante todo exige respeto a la verdad. Y en la exposición del presidente del Parlament no hubo ni un ápice de autocrítica y sí, en cambio, la repetición de los mismos mantras que habían justificado antes la vía unilateral. La única diferencia es que ahora, aparcada la vía de hecho tras el fracaso del 'procés', se exige al Estado un referéndum pactado

También la CUP, en su nueva hoja de ruta, descarta la desobediencia y otra DUI porque "no se dan las condiciones ni se puede mantener la ficción de que la ruptura es inminente". ¿Se han vuelto moderados los anticapitalistas? No, solo intentan hacer política desde el realismo. Lo mismo se puede decir de ERC y de la propuesta de Torrent. Su moderación no es creíble sin un ápice de crítica al unilateralismo que su partido y él mismo propugnaron hasta el final, cuya consecuencia es que hoy haya presos y diversos procesos judiciales en curso que presumiblemente acabarán en condenas de cárcel, multas e inhabilitaciones.

En lugar de reconocer que actuaron de forma antidemocrática cuando intentaron imponer la secesión a la torera, y pedir disculpas al conjunto de la sociedad catalana por el daño infligido, el dirigente republicano solo tuvo palabras contra el Estado "represor". Ninguna asunción de responsabilidad, ninguna reflexión de verdad.

Si ahora los republicanos propugnan un referéndum pactado es porque no tienen fuerza para otra cosa. No hay más. La prueba es que los argumentos de fondo son los mismos que antes. Torrent sigue con el filón populista que tanto explotó Oriol Junqueras sobre el "déficit fiscal estructural". Es una gran mentira que Josep Borrell desmontó en un famoso debate televisivo con el líder de ERC. No hay expolio fiscal. Tampoco Catalunya está maltratada en cuanto a la financiación.

Otra falacia

Diferente es que el conjunto del modelo autonómico deba mejorarse. En paralelo, otra falacia que empujó el unilateralismo y que ahora se utiliza para exigir un referéndum es que, supuestamente, el 80% de los catalanes quieren una consulta. Para afirmar eso se utilizan encuestas variopintas. Pero la democracia no funciona a base de sondeos ni manifestaciones. Y los resultados electorales en Catalunya son tozudos.

Desde el 2012 nos hemos contado muchas veces sobre el tema. Propugnar otro referéndum no ayuda a superar el conflicto, sino solo a alargarlo. Los canadienses pusieron fin a la terquedad de los soberanistas de Quebec con la ley de la claridad, cuyos efectos prácticos son los mismos que el art. 2 de la Constitución española. Es así de claro.