TRIBUNA

Diálogo y realidad

Muchos sentimos que se ha roto el pacto fundacional de la Catalunya democrática que llevaba implícitos emociones e intereses: somos catalanes aquellos que vivimos y trabajamos aquí

José Luis Ábalos, Joan Tardà y Pedro Sánchez conversan durante un pleno del Congreso.

José Luis Ábalos, Joan Tardà y Pedro Sánchez conversan durante un pleno del Congreso. / JOSÉ LUIS ROCA

Eva Granados

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Joan Tardà ha escrito en este diario un artículo que tituló con una variante del "diálogo, negociación y pacto" cuyo copyright ostenta Miquel Iceta desde hace años. En él describe de forma elocuente el clamor de nuestra ciudadanía por el “esto se tiene que arreglar ya”. Muy de acuerdo, Joan.

Compartiendo la tesis y agradeciendo de corazón el esfuerzo, creo que lo mejor para avanzar es un franco análisis de algunas de sus premisas. 

Muchos sentimos que se ha roto el pacto fundacional de la Catalunya democrática que llevaba implícitos emociones e intereses: somos catalanes aquellos que vivimos y trabajamos aquí. 

José Manuel Lara, fundador de Planeta, líder mundial de la edición en español y en catalán, dijo “mi mujer y mis hijos son catalanes y les quiero, pero cuando que me quieren hacer una frontera entre mi pueblo donde está enterrado mi padre y Barcelona, eso me indigna mucho.” En este periódico, Julia Otero escribió estar "muy orgullosa de una solidaridad interterritorial a la que no quisiera renunciar". Rosa Maria Sardà ha devuelto su Creu de Sant Jordi. Lluís Pasqual ha dicho que “si hubiera sido independentista” no hubiera tenido de dejar el Teatre Lliure que él mismo fundó en 1976. 

Y ese pacto fundacional se ha roto haciendo un uso ni ligero ni ocasional de datos que no son ciertos. 

Tardà, como la mayoría de políticos independentistas en todo momento y en todo lugar, reitera en su artículo que Catalunya “padece” un “expolio fiscal”. Gabriel Rufián explicaba que los catalanes “pagan las becas comedor” de “sus primos en Jaén”. Oriol Junqueras difundió anuncios como uno en el que un vecino castellanohablante de su ciudad decía que a causa del déficit fiscal “los inmigrantes tenemos que decidir, en un momento u otro de nuestra vida si preferimos la tierra de nuestros padres o la de nuestros hijos”. 

En 'Salvados' y 'Viajando' con Chester, Junqueras aseguraba que “gente que ha nacido en Andalucía, en Sevilla, en Córdoba o en Granada y que en cambio está convencida de que la única solución es la independencia” porque Cataluña paga el 24% de los impuestos que se pagan en España (cuando genera aproximadamente el 19% de la riqueza) y que recibe el 10% del gasto público (cuando representa el 16% de la población). Y explicaba, como decía Pasqual Maragall, que lo justo sería que Catalunya pagara por renta (aprox. el 19%) y recibiera por población (aproximadamente el 16%).

Pues bien, Andreu Mas-Colell ha dicho que la realidad ya es muy cercana a ello. Sus palabras textuales el febrero de 2018 en la London School of Economics fueron: "Aproximadamente, Catalunya paga impuestos en proporción a su contribución al PIB y recibe en proporción a su población."  

¿Qué expolio?

Y en efecto, eso es lo que reflejan las balanzas fiscales de la Generalitat. Así pues, ¿qué expolio? Hablemos de cómo mejorar la financiación pero no desde el falso expolio.

Tardà también niega la fractura. Es lo habitual también en otras latitudes. Owen Jones, periodista de The Guardian, preguntó a un líder independentista escocés: “Tanto Escocia como Gran Bretaña están divididas amargamente y el catalizador de la división, tanto en Escocia como en Gran Bretaña, son los dos referendos en 2014 y 2016. ¿No es cierto que otro referéndum solo exacerbaría esas divisiones amargas y cualquier resultado dejaría a Escocia aún más dividida?”. El entonces jefe del Scottish National Party en el parlamento británico contestó negando división alguna. 

Y por último, Tardà no hace reconocimiento alguno de los encomiables esfuerzos por construir puentes, como los de Bea Ventura, la concejal de Santa Coloma de Farners. ERC, de forma unánime, sigue criminalizando al PSC por haber votado a favor del 155, una decisión inevitable a la que llevó la unilateralidad de la ley del referéndum, la de transitoriedad jurídica y la DUI que sí se dio por buena en TV3 y Catalunya Ràdio. Como ha escrito el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, fue del todo legítimo hacer lo posible para evitar la sustitución unilateral de un ordenamiento constitucional por otro. ¿En qué otro país no se hubiera activado un mecanismo similar? 

Tenemos que dialogar. Pero sin duda habrá que contrastar las declaraciones de Junqueras asegurando que la independencia produciría el “mayor superávit presupuestario de Occidente” con las de Mas-Colell diciendo que generaría “un pequeño excedente”; habrá que tomar consciencia de que, como ha escrito Javier Cercas, para muchos el 'procés' ha sido una traición y para otros una mentira; y habrá que reconocer al otro como alguien que quiere lo mejor para los catalanes y que cree que Catalunya sería mucho más próspera, abierta e inclusiva en España que siendo independiente.