El único pacto posible

Investidura sin excusas

Pedro Sánchez debe centrarse en el pacto con Podemos, el único posible

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, el pasado septiembre.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, el pasado septiembre. / periodico

José A. Sorolla

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Fijadas ya las fechas de la investidura, se han acabado las excusas. Pedro Sánchez debe centrarse en el pacto con Podemos -el único posible-, decisivo para que el líder del PSOE pueda ser investido el 25 de julio por mayoría simple. La investidura depende solo del acuerdo con Podemos, ya que la abstención de ERC (y de Bildu porque ya han dicho que votarán lo mismo) parece al alcance de la mano. Con la abstención de esos 19 diputados salen las cuentas, porque el PSOE y Podemos suman 165 escaños y la alternativa de derechas podría alcanzar 158 incluyendo al PNV y al diputado regionalista de Cantabria, que no parece que vayan a asociarse al bloque derechista. Como es impensable que lo haga Compromís, que desharía el empate a 165 si finalmente JxCat decidiera votar no.

El acuerdo con Podemos es, pues, ineludible si no se quieren repetir las elecciones por segunda vez en cuatro años, lo que, pese a lo que auguran los sondeos, abriría un escenario imprevisible y quizá nada favorable para la izquierda, ya que podría aumentar la abstención en ese campo debido a la decepción por el fracaso de la alianza con Podemos y a que la derecha habrá aprendido la lección de su fragmentación y muchos de los hijos pródigos que votaron a Vox volverían al PP.

La táctica marianista de Sánchez de dejar pasar el tiempo para ver si Ciudadanos se abstiene es una ilusión. Albert Rivera ni siquiera piensa acudir a la Moncloa a hablar con Sánchez, lo que dice mucho del respeto del líder de Cs a los usos democráticos y de su deriva estratégica. Los llamamientos de Sánchez a la responsabilidad del PP y de Cs tienen el techo de cristal de su 'no es no' del 2016, pero lo mismo se puede decir de quienes entonces lo criticaron y ahora hacen lo mismo. Hay, no obstante, una diferencia en favor de Sánchez: en el 2016 había una alternativa, como demostró la moción de censura, y ahora no la hay porque es imposible la formación de un Gobierno de las derechas. De todas formas, hemos pasado del bipartidismo al bloquismo, con una política de vetos que erosiona la seriedad y la responsabilidad de la democracia española.