LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA
Ganar a Trump
Los demócratas no lo tienen nada fácil para impedir que el actual presidente de EEUU no salga reelegido en el 2020
Rafael Vilasanjuan
Periodista
Rafael Vilasanjuan
Nadie fue capaz de predecir la victoria de Donald Trump ¡Nadie! Tampoco ahora nadie le da perdedor en las elecciones de 2020, así es que, siguiendo el mismo nivel de acierto y percepciones de entonces, hay margen para la esperanza. Pero no será fácil. Los americanos suelen conceder un segundo mandato de otros cuatro años a sus presidentes y Trump ya se ha lanzado a recaudar mas de 100 millones de dólares para su campaña a la reelección, aunque quede más de un año. No le va a faltar nada, ni presencia en los medios, ni cumbres donde pasear su arrogancia, ni batallas comerciales o amenazas aun más violentas y sanciones a quien no bendiga sus deseos.
De aquí a la reelección, los hogares americanos lo van a tener más presente que los botes de Ketchup. Por eso los demócratas necesitan algo más que un candidato, necesitan un revulsivo capaz de sobreponerse a la maquinaria de poder, a las extravagancias del actual inquilino de la Casa Blanca, a sus guerras sucias y a sus mentiras. Y no solo eso, además va a tener que atraer a una masa de votantes suficiente para arrebatarle el poder.
El gran reto
¿Misión imposible? Los demócratas han logrado romper barreras mas difíciles. Fue este partido el que logró colocar a un presidente católico, John Kennedy, y también fue un demócrata el primer presidente negro en ocupar la Casa Blanca, Barak Obama. No sería difícil pensar que ahora pueden ser los demócratas los que logren romper el techo de cristal de género y aupar por fin a una mujer como primera presidenta de la primera potencia mundial. Lo intentaron con Hillary Clinton, pero no se consiguió porque apenas convencía a los mas progresistas y ahora mismo hasta la justicia de genero podría quedar aparcada, porque el reto es encontrar a alguien con argumentos y equilibrio para desalojar a Trump. Esa es la batalla.
La campaña durará un año hasta que la convención de junio del 2020 acabe nombrando un solo rival para enfrentar a la bestia. De momento ya se han lanzado 25 candidatos, una multitud que despista. Muchos de ellos es probable que no aguanten el calor del verano y que vayan desertando a medida que sus fondos y energía se apaguen. Puede que todavía haya algún candidato sorpresa, que de momento no haya salido del armario esperando a ver como avanza el debate entre demócratas. John Kerry aparece en esos mentideros.
Poca novedad para un partido diverso
Pero, mirando el abanico de los que han saltado al ruedo, algunos nombres despuntan, como Joe Biden o Bernie Sanders. El primero tiene mucha legitimidad en el partido, el segundo es el ala izquierda y ya perdió unas primaras contra Clinton. Ambos blancos y mayores, no parecen la novedad para arrastrar a un partido tan diverso. Ahí emerge Elisabeth Warren, haciendo equilibrios entre uno y otro. Es pronto para hacer quinielas entre tanto nombre, pero en el primer debate entre ellos, sobre todo los menos conocidos, han empezado a atacarse como si el rival estuviera en casa. Un error, porque solo puede ganar el que empiece su campaña dejando claro que solo hay un enemigo: se llama Donald Trump.
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