El factor Faus

En pocas semanas, el Cercle d'Economia elegirá a Javier Faus como presidente. Ha sido un proceso menos convulso que en otras ocasiones. Nunca en esa casa ha habido más de una candidatura, pero en este caso se han roto varias costuras. Faus no era vicepresidente en la junta actual pero ha contado con el acuerdo del presidente saliente y de los expresidentes como manda la tradición. Es de una nueva generación (1964), procede del sector financiero pero no ha estado directamente en la órbita de la banca, se ha curtido en batallas en las que tenía que dar la cara como la gestión de la sociedad del Hotel Arts y la junta del FC Barcelona, primero con Laporta y con Rosell como vicepresidente económico cuando no le tembló la mano ante las exigencias del clan Messi. La candidatura de Faus tiene al menos tres elementos disruptivos: por primera vez la junta será paritaria, plantea el debate económico en el terreno de la digitalización y de sus secuelas "iliberales", y en la cuestión catalana sale del ensimismamiento ambiental. Su intervención en las jornadas de Sitges fue una lección magistral al establecer un marco europeo para el debate entre las metrópolis y explicó, con datos, como Madrid había igualado a Barcelona para sentenciar: ni todo es culpa del Estado ni todo es consecuencia del procés. procésEl conjunto es bastante más inteligente y sugerente que ese romanticismo habitual que busca la solución de los males de hoy en el argumentario de Pla, Gaziel o Vicens Vives idealizando un pasado que nunca existió, ni en la versión de la autosuficiencia de Catalunya ni en la de la cooperación efectiva con el Estado.

Faus va a ser un factor disruptivo en el debate político y económico en Catalunya y en España, como lo ha sido también la llegada de Sánchez Llibre a Foment. Los que reclaman a los empresarios que digan lo que piensan igual se llevan una sorpresa en uno u otro sentido. Los planteamientos de Faus recuerdan una anécdota que explica José Martí Gómez en su libro sobre Los Lara (Galaxia Gutenberg) cuando la junta de Salvador Gabarró llevó a Pujol su documento sobre infraestructuras. El entonces president cortó en seco a uno de sus consellers y le espetó: "No entiende de qué hablamos, usted habla del PIB y estos del Cercle hablan de poder y a mi lo que me interesa es el poder". Como a Messi.