LAS MULETILLAS DE LA INVESTIDURA

Si 'sí o sí', 'no es no'

Aquello que nos parecía excepcional hace apenas tres años resultó la nueva naturaleza de las cosas

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, el pasado septiembre.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, el pasado septiembre. / periodico

José Luis Sastre

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De toda la riqueza que tiene el idioma, vivimos atrapados entre muy pocas palabras. Aún se perciben los ecos del 'no es no' mientras nos asomamos al 'sí o sí', que es la nueva muletilla que el PSOE propone para este tiempo: después de dejar pasar los días, a Pedro Sánchez le urge la cosa y se presentará a la investidura en julio 'sí o sí', de manera que confía en que los del 'no es no' hagan lo que él se resistió a hacer, que es abstenerse, y que quien una vez le dijo 'no', que es Pablo Iglesias, le apoye sin pedir mucho.

El guionista nos ha atrapado en una trama que vimos antes, con los mismos personajes pero con los papeles cambiados. La única novedad del momento es que esta vez no hay tabús: todo lo que resultaba extraordinario e inédito se ha visto ya. Se ha visto fracasar investiduras y legislaturas, se oyó a un candidato renunciar a falta de apoyos y, sobre todo, se vio la repetición de las elecciones generales. La hemeroteca es variada y fresca.

O sea, que aquello que nos parecía excepcional hace apenas tres años resultó la nueva naturaleza de las cosas, con lo que suenan menos a farol las amenazas sobre la posibilidad de volver a votar. Y esto quedará ingenuo o ñoño, pero no está de más escribirlo: no les importa lo que pierda el país en esta jugada -para empezar, lo que está perdiendo es el tiempo-, sino los votos que se deje cada partido.

Sánchez lo intenta con Iglesias a ralentí, porque en realidad no quiere. En el PSOE no se fían de Unidas Podemos, cuyo líder sabe que no tendrá en cambio otra como esta. Por eso no cede, por necesidad. Necesidad particular, claro, igual que los demás. Si se repiten las elecciones bajarán los votos a Podemos -que ya iban bajando solos, por otra parte- e Iglesias ha decidido aguantar. Susto o muerte. Llegado el caso, se escudará en los inscritos para compartir los costes de una repetición electoral que, de producirse, el PSOE achacaría al que llama socio prioritario. Para querer negociaciones discretas, está quedando todo bien a la vista.

"Con Rivera no"

El presidente en funciones, que fue el primero en frenar la euforia de su militancia en el calor de la noche electoral, busca en paralelo la abstención del PP y de Ciudadanos. Resulta que no es Sánchez quien más corea "con [AlbertRivera no", sino que son algunos de sus mentores y afines, como Toni Roldán. En su propia espiral hacia la derecha, necesitados de contener a Vox, ni la dirección del PP ni la de Ciudadanos están por la abstención. Al menos por ahora.

Quienes citan el interés de España a cada instante también tienen puestos sus ahorros en hacer encuestas y observan cómo crece el bipartidismo. Qué paradoja sería, entonces, que después de este viaje Iglesias hubiera salvado al PSOE y Rivera, al PP, aunque sería aventurado afirmar tal cosa. De momento es una hipótesis, a la espera de que acaben con una función que solo está empezando. En el fondo, tenemos algo en común con ellos: ninguno sabe cómo acabará esta secuela, si es que era una secuela. No sabemos si 'sí' o si 'no', si 'no es no' o 'sí o sí'. Quién sabe qué.