Incendio en Tarragona

Arde otra 'catedral'

Resurgen de las cenizas los márgenes de piedra que levantaron manos expertas para ganar las últimas terrazas de cultivo: son las 'catedrales de los pobres'

Los bomberos trabajan en el incendio de Vinebre.

Los bomberos trabajan en el incendio de Vinebre. / periodico

Rafael Jorba

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No estoy ahí pero puedo verlo. Desde la ermita de Sant Pau de la Figuera, donde se divisan territorios de siete provincias, recorro el camino que conduce al observatorio de la Mola de Sant Pau. Allí, en la batalla del Ebro, se levantó el puesto de observación del Ejército republicano. Un brigadista alemán, ingeniero de profesión, construyó las defensas, excavadas en la roca, con el hormigón armado que se utilizaría después en los búnkeres de la segunda guerra mundial.

Desde el observatorio de la Mola de Sant Pau, en las estribaciones del Priorat, se divisa la Ribera d’Ebre. En el término municipal de La Torre de l’Espanyol se inició el miércoles el incendio que asola la zona. Está ardiendo otra 'catedral'. En las laderas de la montaña resurgen de las cecinas los márgenes de piedra seca que levantaron manos expertas para ganar las últimas terrazas de cultivo hasta la roca. Son las 'catedrales de los pobres', en expresión del periodista Lluís Foix en su libro 'El que la terra m’ha donat' (Columna, 2017).

Este incendio forestal nos lo recuerda. Nuestro paisaje está modelado por la mano del hombre, de generaciones de personas que no solo cuidaban de la tierra sino que ordenaban el territorio. La Catalunya que conocemos, desde los prados del Pirineo hasta los arrozales del delta del Ebro, desaparecerá si desaparecen los habitantes de estos territorios. No habrá nuclear de Ascó que lo remedie. También nuestros ríos, trabajadores y trabajados, han visto cómo iban desapareciendo las colonias textiles -Ter, Llobregat, Cardener- que contribuyeron a dibujar nuestro paisaje y paisanaje.

Sí, está ardiendo una de mis 'catedrales' de referencia. Es encomiable el esfuerzo de los alcaldes de la zona, de los bomberos, de Protecció Civil, de la unidad militar de emergencias, de la Generalitat y del Gobierno central, que han dejado al lado sus divergencias en un caso de fuerza mayor. Pero todos los esfuerzos serán baldíos si no entendemos que la política agraria debe ser también un elemento central del mantenimiento del territorio. Hay que preservar los cultivos tradicionales, la variedad y limpieza de los bosques, a imagen y semejanza del esfuerzo que hicieron nuestros ancestros para levantar aquellas 'catedrales de los pobres'. La PAC (Política Agraria Común) de la UE debería reorientarse también hacia esta dirección.

No estoy ahí pero puedo verlo: la Ribera d’Ebre, la Terra Alta, las sierras de Pàndols y de Cavalls; el Montsant, el Priorat, les Garrigues, el Segrià; el Pirineo de Lleida y de Huesca... En el epicentro, el incendio que se originó entre La Torre de l’Espanyol y Vinebre. El 15 de abril glosé en estas páginas el impacto emocional que me produjo el incendio de Notre-Dame de París. Ahora evoco el impacto que me produce ver arder un trozo del territorio en el que se levantan aquellas 'catedrales de los pobres', de piedra seca, 'llicorella'. Forman parte, en el sentido más terrenal de la expresión, de mi patria: la tierra que piso y que en la noche de San Lorenzo, contemplando el firmamento, acaricio con la espalda.