Fiesta reivindicativa

Este orgullo conlleva una parte de vergüenza

Que sea una fiesta, sí, pero una fiesta acusadora que nos haga pensar a todos... El que abusa obliga al otro a hacer el esfuerzo de levantar la cabeza y plantarle cara

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rjulve30212007 barcelona 27 de junio del 2015 festival pride barcelona ac180626132224 / Mónica tudela

Isabel Sucunza

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Es importante no olvidar que todas las celebraciones que se llevarán a cabo este fin de semana bajo la bandera del arco iris simbolizan una reivindicación, que la palabra 'orgullo' que llevan en el nombre va siempre seguida por la palabra 'ante', y que lo más terrible es que lo que sigue después es el grueso de la sociedad: ese que desde hace demasiados años, respaldado siempre por todo tipo de autoridad, moral o de cualquier condición, ha ejercido de apisonadora física y psicológica de quien, pobre de él, pobre de ella, se haya atrevido a replantear sus estructuras.

Es importante no olvidar todo esto porque si no podría parecer que esta gente, al plantarle cara a quien les viene con que tienen que cambiar el recorrido de la celebración, esté simplemente fastidiada porque les cambian de sitio la fiesta; o al decidir que según quién no está invitado a celebrar con ellos, esté simplemente haciendo una simple pataleta del tipo de «tú no me caes bien, no estás invitado». 

Actitudes como la de Vox (que son los que los cambiarían de sitio en Madrid porque, según ellos, «traen problemas») y como la de Ciudadanos (que son los que no están invitados en Barcelona por cómo serían capaces luego de utilizar la imagen de su carroza para limpiar toda la basura homófoba de su programa) son las que nos recuerdan que esta es una fiesta de carácter reivindicativo, y nos recuerdan otra cosa más: que el orgullo como respuesta conlleva una parte de vergüenza: la del que abusa del otro hasta obligarlo a hacer el esfuerzo de levantar la cabeza y plantarle cara.

Y es precisamente esta vergüenza la que quiere borrar el PP de Madrid cuando elimina las pancartas de la campaña del orgullo de este año que hacen referencia a la lucha que ha hecho falta, a lo largo de mucho tiempo, para que el orgullo sea visto por muchos como simplemente una fiesta.

Que sea una fiesta, sí, pero una fiesta acusadora que nos haga pensar a todos.