Aire limpio en la Barcelona central

Las movilizaciones ciudadanas en Barcelona se han ido transformando en los últimos años con el surgimiento de plataformas ciudadanas que a veces desbordan en la radicalidad de sus demandas al tradicional movimiento vecinal, atienden inquietudes que habían sido ignoradas por un tejido asociativo anquilosado o, en ocasiones, representando intereses cuanto menos parciales. Acaba de surgir otra de estas iniciativas, Eixample Respira, que plantea un objetivo de interés general: la reducción del tráfico en el distrito central de Barcelona, con el objetivo de reducir la contaminación que todos los estudios vinculan a numerosos factores de riesgo para la salud.

La iniciativa surge en un momento en que, si tienen continuidad los proyectos que dejó esbozados el anterior equipo de Ada Colau, la experiencia de las ‘superilles’ se extenderá al menos a dos áreas del Eixample, moderando el modelo inicial tras analizar aciertos y errores. Un planteamiento que plataformas como la ahora surgida en este distrito probablemente considerarán insuficientes, por no atajar suficientemente el uso del vehículo privado, y que seguramente topará también con resistencias desde otros sectores. Visto el ejemplo de Madrid, donde el rechazo sin argumentos sólidos a la experiencia de Madrid Central se convirtió en uno de los arietes de la derecha que ha recuperado la alcaldía, es positivo que surjan instancias que estimulen y enriquezcan el debate informado sobre uno de los grandes temas que estarán sobre la mesa durante los próximos cuatro años.