IDEAS

Cultura e hijoputismo

Panorámica del Gran Teatre del Liceu

Panorámica del Gran Teatre del Liceu / periodico

Xavier Bru de Sala

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Tanto la añorada Montserrat Roig como gurús de vieja y nueva escuela como Nicholas Negroponte o el italiano Nuccio Ordine conciben la cultura como potenciador exclusivo de la bondad. La cultura, el conocimiento, definidos con error y premeditación narcisista como insustituibles, serían el lugar de la salvación, el recto camino de acceso al paraíso humanista. En cambio, la ignorancia es perniciosa y por eso los poderosos la favorecen. Como sabían y advertían los clásicos, eso es falso de toda falsedad.

Si observamos las acciones de los cultos y de los muy cultos veremos que no son mejores

El conocimiento favorece a quien dispone de él, con más exactitud al que paga a los productores o compra los réditos del conocimiento. Son una subespecie de aprovechados con una dosis mínima de entrañas, exhibidas no tanto de cara al espejo como de la galería. Hablando a nivel global, o si queréis glocal, cuanto más cara, o sea más buena resulta una ópera, más proporción de explotadores y cómplices de explotadoras estarán sentados, y se supone que emocionados, en la platea.

No hay conspiración universal que conduzca a sustituir la cultura por el entretenimiento. Es la demanda, estúpidos, como saben todos los que no son estúpidos. Si en algo coinciden la buena gente de verdad, los que querrían aprovecharse de los otros a tutiplén pero no disponen de suficiente inteligencia, no de cultura, para conseguirlo y la gran mayoría de practicantes de la ética ambivalente, es en las pocas ganas de comerse el coco. Contra el rechazo universal a la cultura no hay escuelas, recetas ni discursos. La gente tiene ojos en la cara. Si observamos las acciones de los cultos y de los muy cultos veremos que no son mejores. En este grupo, la proporción de buenas personas y de hijoputas es idéntica a la media de los incultos. El afán culturalista es en todo caso un virus que muy pocos disfrutan y unos cuantos más hacen ver que sufren. Si los segundos presumen de pertenecer al grupo de los salvadores de la humanidad es por vanidad, no por conocimiento.