Beneficios de la televisión

Juego de tronos

Juego de tronos / periodico

Mikel Lejarza

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El poeta japonés Yosa Buson decía que le gustaba el verano porque en él "se podía cruzar el río con las sandalias en la mano"; pero para el escritor Elbert Hubbard "nadie necesita más de vacaciones que quien acaba de tenerlas". Así que ya ven, ni sobre algo tan agradable como disponer de tiempo libre los humanos somos capaces de ponernos de acuerdo. El verano es calor, vacaciones y planes de viaje; descanso, estudio, disfrute o aburrimiento; en compañía de cuñados, niños sin colegio y jefes en la lejanía, porque lo de los "amores en verano" es más una leyenda urbana que otra cosa, dado que como cantaban los punkies "no son buenos tiempos para el romance", ni siquiera en verano. Las televisiones, siempre de la mano de la sociedad, también descansan en verano en forma de reposiciones, películas de catálogo mil veces vistas y algún que otro estreno a modo más de prueba que de apuesta firme. Aunque hay excepciones a dicha norma, desde julio las cadenas levantan el pie del acelerador y preparan sus mejores estrenos para septiembre, por lo que el verano es también una buena oportunidad para recuperar aquello que no hemos podido ver en los meses de temporada alta. Aquí algunas recomendaciones.

Este curso han finalizado Juego de tronos  Juego de tronosThe Big Bang theory. La primera tuvo un mal desenlace, básicamente por simple y previsible en una serie que ha sido de todo menos eso, pero si no la conocen aún, veanla y tendrán tema sobre el que charlar con sus vecinos en la piscina. La segunda, brillante en su despedida, deja la duda de si habrá más sitcoms tradicionales como ella en el futuro. Sucedió lo mismo con el final de Friends y antes el de Cheers. Las comedias de hoy han perdido la inocencia y las protagonizan personajes más poliédricos y oscuros en una mezcla de dolor y optimismo que las hacen menos divertidas, pese a la brillantez de productos como Fleabag. Porque hay tantas series, que encontrar historias que sean diferentes es tarea complicada. Muñeca rusa ha sido una de las que lo ha logrado con la genial Natasha Lyonne y la ya consagrada Amy Poehler como creadoras de ocho episodios geniales e inclasificables.

Volvió True detective mejor que en la temporada anterior, pero con una historia más enrevesada que disfrutable. Y es que buscando sorprender, se rizan los rizos. Algo similar ocurrió con The good fight pese a que la libertad creativa de sus creadores alternó momentos geniales con locuras sin sentido. El thriller del curso ha sido La chica del tambor del cineasta surcoreano Park Chan-wook, quien basándose en la novela de John Le Carré y con una factura excelente creó una potente historia alrededor de una joven británica captada por El Mossad para infiltrarse en un grupo terrorista. Pero la aspirante a serie del año, esa que como The Wire todo el mundo elogia y muy pocos han visto, es Chernobyl, que cuenta crudamente lo que pasó en torno a la mayor catástrofe nuclear de la historia. Quien la vea, se enfadará, crecerá su conciencia ecologista y seguro no dejará residuos de plástico en la playa. Efectos benéficos de la televisión.