La clave

La hora de Valls

El líder de Ciutadans tiene una agenda propia que no han votado los Comunes

Manuel Valls, durante la rueda de prensa en la que ofreció un pacto a Colau, el miércoles.

Manuel Valls, durante la rueda de prensa en la que ofreció un pacto a Colau, el miércoles. / periodico

Albert Sáez

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Las bases de Barcelona en Comú han dado su visto bueno para que Ada Colau pacte con el PSC. Será una alcaldesa tan legítima como lo fue en el anterior mandato. Pero, a partir de la investidura, el epicentro de la vida municipal de Barcelona será Manuel Valls. Como los viejos césares romanos, votación tras votación, alzará su dedo para aprobar o rechazar las propuestas del equipo de gobierno en el que estará también de manera paritaria el PSC de Jaume Collboni. Colau se gana este sábado el derecho a administrar la ciudad, pero lo de gobernarla queda en manos de Valls, ya veremos si en el seno de Ciutadans, como alternativa a este Albert Rivera en declive, o por su cuenta, como grupo independiente en trámite de vuelta al socialismo clásico. El exprimer ministro francés ha guardado estas semanas un silencio táctico que deberá romper para justificar su voto a Colau. Algunos de los que le apoyaron se han apresurado a filtrar el sueldo (presuntamente de 20.000 euros mensuales) que ha estado cobrando y le han puesto en el ojo del huracán del Tribunal de Cuentas al insinuar que financió su campaña electoral con sobres del mismo color que los de la trama Gürtel en el Partido Popular. Esta filtración solo se entiende desde el descontento de una parte de los que le apoyaron.

El equipo de Colau ha puesto a sus bases en el brete de elegir entre la agenda de Maragall y la de Collboni. Lazos amarillos o políticas sociales han venido a decir, amparados en buena parte en el erróneo discurso del republicano en la noche electoral. Lo que nos sabemos es que papel tiene en esta historia la agenda de Valls: defensa del turismo, incentivos a la inversión extranjera, paralización de las privatizaciones (funeraria, empresa eléctrica, concesión del agua), reducción de impuestos etc. Valls no la ha impuesto como condición previa, pero en dos de sus tres hipotéticos desenlaces tiene la urgencia de recuperarla. Si quiere disputar el liderazgo de Rivera en Ciutadans o si quiere tener vida propia no tiene otro remedio. Si quiere entrar en la disciplina del PSC, ha legido el camino más rápido.