EN CLAVE EUROPEA

Albania, candidato a la UE en crisis

El primer ministro albanés, Edi Rama (izquierda) saluda al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, esta semana, en Bruselas.

El primer ministro albanés, Edi Rama (izquierda) saluda al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, esta semana, en Bruselas. / periodico

Eliseo Oliveras

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Albania está inmersa desde el 2018 en una profunda crisis política, que se ha transformado en un enfrentamiento institucional del Gobierno socialista de Edi Rama con el presidente de la república, Ilir Meta, sobre la celebración o el aplazamiento de las elecciones locales del 30 de junio. La inestabilidad política albanesa y las denuncias sobre los vínculos del Partido Socialista gobernante con el crimen organizado darán argumentos la semana próxima a los estados de la Unión Europea (UE) que se oponen a abrir las negociaciones de adhesión de ese país, como Holanda y Francia.

La crisis política albanesa se fue amplificando a lo largo del 2018 con sucesivas manifestaciones masivas y se agravó a partir del pasado marzo, cuando la mayoría de los diputados de la oposición renunciaron a su escaño para intentar forzar unas elecciones anticipadas. El líder de la oposición, Lulzim Basha, del conservador Partido Democrático, acusa al gobernante Partido Socialista de haber ganado las elecciones del 2017 gracias a la compra de votos y la intimidación de votantes a través de redes criminales.

Las filtraciones de varias grabaciones de conversaciones de dirigentes criminales parecen confirmar esas acusaciones. La filtración más reciente, publicada por el diario alemán Bild el 5 de junioBild, incluye conversaciones telefónicas de Astrit Avdylaj, investigado por narcotráfico, con dirigentes socialistas de la región de Durres en las que se detalla su influencia política, cómo incluyó a uno de sus hombres en las listas de diputados (Ilir Ndraxhi) y cómo aseguró la victoria socialista con la compra de votos y la intimidación de votantes.

El ministro del Interior, Fatmir Xhafaj, ya tuvo que dimitir en octubre del año pasado tras una redada en la que el principal narcotraficante escapó. Xhafaj llevaba meses bajo presión debido a las actividades criminales de su hermano, que fue condenado por narcotráfico en rebeldía en Italia en el 2012. El anterior ministro del Interior albanés, el socialista Saimir Tahiri (2013-2017), está acusado en Italia de proteger al grupo narcotraficante Habilaj, en el que participaban miembros de su familia.

Polarización

Ante la extrema polarización política, la intensificación de las manifestaciones antigubernamentales y el anuncio de la oposición de boicotear las elecciones locales, el presidente albanés suspendió el 9 de junio esos comicios. Pero el Parlamento respaldó el 13 de junio al Gobierno para celebrar esas elecciones el 30 de junio sorteando la suspensión presidencial. Pese a explosiva situación política, la Unión Europea no ha intentado una mediación política y respalda al cuestionado Gobierno albanés.     

Los Veintiocho deben pronunciarse la semana próxima sobre la recomendación formulada por la Comisión Europea el pasado 29 de mayo para abrir inmediatamente las negociaciones de adhesión a la UE con Albania y también con su vecino Macedonia del Norte. Un grupo de 13 estados, encabezado por Italia y Polonia, pide iniciar sin más demoras las negociaciones de adhesión con Albania y Macedonia del Norte para ayudar a estabilizar los Balcanes. Esta decisión, que debe adoptarse por unanimidad, tiene escasas posibilidades de prosperar en el Consejo de Ministros de la UE y en el Consejo Europeo de la próxima semana.

División

El presidente de la UE, Donald Tusk, reconoció el 12 de junio, tras reunirse con el presidente de Macedonia del Norte, Stevo Pendarovski, que “no todos los estados miembros de la UE están preparados para adoptar la decisión de abrir negociaciones en los próximos días” y que llevará tiempo alcanzar un consenso.

No solo la apertura de negociaciones con Albania divide a la UE, sino también su régimen de exención de visados. El Gobierno y el Parlamento holandés pidieron a la Comisión Europea el 31 de mayo la suspensión de la exención de visado a los albaneses para entrar en la UE debido “al incremento substancial de las actividades criminales de la mafia albanesa en Holanda” y el fuerte aumento de la inmigración irregular.

La Comisión Europea reconoció al proponer el inicio de negociaciones con Albania la “atmosfera política polarizada”, pero minimizó en su recomendación los graves problemas existentes y presentó una visión triunfalista de la actuación gubernamental. Esta imagen oficial contrasta con las informaciones publicadas en los medios de comunicación europeos. El informe interno de la propia Comisión Europea admite que no hay control democrático efectivo sobre la actuación del Gobierno y que Albania solo tiene “algún nivel de preparación” para luchar contra la corrupción y el crimen organizado. Pese al aumento de las detenciones, gracias a operaciones iniciadas por las policías de otros estados europeos, las condenas son escasas y de bajo nivel.