ANÁLISIS
Los mismos 11 cabrones de siempre
Una de las frases más célebres de cuando Toshack pasó por el banquillo del Madrid fue referida a sus futbolistas. Días después de una derrota contundente, el galés comentó que el lunes había pensado en cambiar a diez jugadores, el martes a siete u ocho, el jueves a cuatro, el viernes a dos y el día del partido había elegido a "los mismos once cabrones de siempre".
Algo así le toca vivir al Barça este verano. Tras la eliminación de Anfield y la triste final de Sevilla, el entorno azulgrana reclamaba víctimas. Las episódicas derrotas europeas invitaban a hacer borrón y cuenta nueva con la plantilla.
Tras Anfield y la triste final de Sevilla, el entorno azulgrana reclamaba víctimas. Solo Messi y Ter Stegen merecían unanimidad
Solo Messi y Ter Stegen merecían unanimidad, el resto del once estaba bajo sospecha. Pero pasan los días, y aunque el club se haya fijado como objetivo una serie de salidas, el poco interés de los jugadores por abandonar la entidad y la dificultad económica de esas operaciones, hacen pensar que el movimiento será inferior al esperado.
Rejuvenecer la plantilla
La idea del club es la de rejuvenecer la plantilla en un proceso de regeneración que no es nuevo. Se inició con la llegada de Dembélé, Arthur, Lenglet, Malcom –con menos éxito—y más recientemente, De Jong. Se trata de una apuesta por inyectar competitividad a la plantilla, para que los titulares hasta ahora indiscutibles no se sientan cómodos.
Y puede funcionar, pero la columna vertebral del equipo parte con ventaja. El técnico les conoce, sabe lo que puede esperar de ellos, y además ha contado con su apoyo público en los momentos delicados. Tras la ratificación de Valverde por parte del presidente, tan necesario es incorporar sangre nueva como prioritario jubilar a determinados titulares que ejercen de tapón. Lo contrario sitúa al entrenador ante el brete de sentar en el banquillo a jugadores que han dado la cara por él y con quien ha establecido un vínculo de confianza durante dos temporadas.
Tras la ratificación de Valverde, tan necesario es incorporar sangre nueva como prioritario jubilar a determinados titulares que ejercen de tapón
Porque si Rakitic, por poner un ejemplo, se queda en la plantilla, la tentación de Valverde será la de seguir confiando en un jugador que le aporta seguridad al equipo y experiencia. El croata ganará la partida a corto plazo a cualquier centrocampista novato.
Si se trata de crecer, de progresar, lo necesario es una nueva apuesta por jugadores con proyección que aún deben equivocarse, asumiendo el riesgo de que inicialmente se pueda perder algún título. Y sí, también hay un razonamiento económico para estas salidas, puesto que la desproporcionada masa salarial azulgrana provoca unas estrecheces económicas que permiten poco margen de maniobra para futuros fichajes. Si el Barça quiere novedades en el once, debe vender a algún intocable, porque de quedarse, llegará el día del partido y volverán a jugar "los mismos once cabrones de siempre".
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