Construir avatares

Los superordenadores públicos como el BSC-CSN son claves para la construcción de modelos

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Pere Puigdomènech

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Toda teoría científica adquiere su significado por su capacidad de efectuar predicciones. Las de la Física nos permiten, por ejemplo, predecir cuándo habrá un eclipse o enviar con precisión una nave a un remoto cometa. Están construidas sobre descripciones matemáticas que en algunos casos nos dan precisiones extraordinarias. A veces, no obstante, no es posible hacer teorías tan detalladas, y debemos utilizar modelos que son aproximaciones que nos permiten describir el comportamiento de sistemas complejos y hacer predicciones sobre ellos. En muchos campos de la Biología lo hacemos de esta manera y en particular para estudiar órganos de nuestro cuerpo o el cuerpo humano en su conjunto. Estamos produciendo modelos que en el caso más complejo podrían permitir disponer de una copia de nosotros mismos, un avatar, en un ordenador y usarlo para prever cómo reaccionará a diferentes estímulos.

Construir un modelo sobre un órgano biológico, necesita en primer lugar una gran información sobre su estructura y su funcionamiento. Están constituidos por cientos de millones de células que deben actuar de forma coordinada, pero en la actualidad tenemos informaciones muy precisas que provienen de sistemas detallados de análisis. En el caso del cuerpo humano tenemos métodos como la tomografía tridimensional utilizando rayos x, ultrasonidos o resonancia magnética que permiten tener imágenes detalladas tanto del exterior como del interior del cuerpo. En algún momento se podría pensar integrar toda esta información con la historia clínica del individuo o incluso sus datos genéticos y construir un avatar que podríamos utilizar para predecir cuál sería el mejor tratamiento para alguna dolencia. Ya se están utilizando programas de análisis de las imágenes para ayudar al médico en el diagnóstico y se van construyendo modelos que pueden servir para entrenar cirujanos como hay simuladores que permiten entrenar los pilotos de aviación.

Estos modelos necesitan de fuertes potencias de cálculo para consultar y tratar gran cantidad de datos digitalizados. La evolución en la rapidez de los componentes electrónicos, en la definición de su arquitectura y la reducción de su coste han sido constantes los últimos 50 años. Los grandes superordenadores públicos como el del BSC tienen una función de gran importancia en la búsqueda de nuevos métodos para el tratamiento de datos y la construcción de modelos que luego se utilizarán para múltiples aplicaciones. Detrás de estos sistemas avanzados son necesarios otros dedicados a usos más concretos en los centros de investigación o de diseño de empresas muy diversas. Pero no debemos olvidar que cualquier modelo es siempre una simplificación construida sobre aquellos aspectos más significativos del sistema que se estudia y necesita parámetros que permiten tratar cada sistema de forma individual. El valor del modelo está basado en el acierto en elegir unos y otros y en procesos de prueba y error para afinar sus posibilidades de predicción. Así podremos quizás terminar reconocernos en nuestro avatar.