Análisis

El dinero ha sustituido al balón

Si el fútbol fuese un cuartel presidiría su puerta el cartel 'Todo por la pasta', y no solo por lo que cobran las grandes figuras

Antoine Griezmann saluda a Emmanuel Macron al recibir la Legión de Honor.

Antoine Griezmann saluda a Emmanuel Macron al recibir la Legión de Honor. / periodico

Antonio Bigatá

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El fútbol se mueve dentro de la lógica de la sociedad especulativa moderna. Si fuese un cuartel  presidiría su puerta el rótulo 'Todo por la pasta' y no solo por lo que cobran las grandes figuras. Los aficionados han tenido que dejar atrás la edad de la inocencia porque ha trascendido  –antes existía, se sabía, pero era como un secreto– que se compran partidos, se amañan resultados para negocietes con las apuestas deportivas, y vete a saber si el VAR ha subido o bajado el precio de la carne de árbitro. O si hay una tarifa para los que pitan y otra para los que deciden desde la sala de pantallas.

También han pillado ya con las manos en la masa a directivos internacionales de los que deciden donde se juegan las fases finales de los campeonatos. Hay, por supuesto, gente honrada, pero menos de lo que parecía.

Fichajes todo el año

En contraste con lo anterior, el fútbol también tiene un mercado que sí se publicita: la compraventa de jugadores. Siempre ha sido un gran espectáculo mediático. Antes, en la edad de piedra de la comunicación, al llegar el verano se iniciaba una fabricación sistemática e intensiva de bulos sobre posibles fichajes. Más que de mentir (casi nadie los creía) se trataba de distraer a los aficionados los meses sin partidos. Ahora ya no hay un calendario concreto para esta mezcla de trolas, sueños y verdades porque los clubs fichan en todas las estaciones del año pese a que hay reglamentos que lo prohíben.

El Barça contrató a De Jong cuando todavía podía tener que eliminarse en la Champions con el Ajax.  ¿Qué habría pasado si...? Y pueden crearse otras situaciones complicadísimas. Un amigo dice que el Barça cerró hace tiempo (por segunda vez) el fichaje de Griezmann y que ahora se encuentra con el problema de que los socios no lo quieren y encima, existe la posibilidad de gastar el dinero que cuesta el francés para un posible regreso de Neymar... 

Los fichajes son movimientos de dinero blanco y negro así como de comisiones. Son, ejem,  fútbol en estado puro: es un mercado tan opaco que ni siquiera los socios que son dueños de los clubs saben qué se paga y a quién se paga.

La Liga, entre semana

El fútbol de alto nivel genera mucho dinero pero varios de los clubs más ricos quieren exprimirlo aún más. Estén atentos al proyecto de la Superliga Europea, una competición que disputarían básicamente los equipos más poderosos (que nunca perderían la plaza) junto a otros equipos de relleno que sí que descenderían si quedan colistas. Quieren que se juegue los sábados y domingos, corriendo las ligas a miércoles y jueves.

La Premier, a la que le va muy bien como están las cosas, se opone y en los equipos españoles hay división de opiniones. En nuestro país lo que convendría sería reducir un poco la Primera División (que creció tramposamente para que un año no bajasen a Segunda Sevilla y Celta) y mantener las competiciones actuales. Pero será difícil impedir que se genere ese otro negocio que traería más la retransmisiones de partidos entre clubs grandes. El pulso será durísimo.