Más acción y menos guerras de cifras

Dice el dicho que vale más una imagen que mil palabras. Adaptándolo al mundo de la inversión extranjera, quizá se podría decir que lo importante no son las cifras, sino las acciones. Mejor quedarse con nombres de empresas que llegan y crean empleos que con otras batallas habituales: la de los titulares.

Prácticamente cada trimestre (y por consiguiente, una vez al año), el Govern de la Generalitat y el Gobierno central se enzarzan en una particular batalla de cifras en lo referente a inversión extranjera en las comunidades. Como ya se pueden imaginar, las cifras del primero en general son más favorables a Catalunya, mientras que las segundas, también en general, son menos favorables a la misma comunidad.

El cruce de declaraciones es habitual. De hecho, en la mayoría de casos los dos tienen razón, porque lo que hacen es analizar la misma cuestión pero con base diferente: la estadística del Ministerio de Industria (que apunta a una caída de la inversión extranjera del 12% en el 2018 en Catalunya) cuenta las inversiones según dónde está la sede de la empresa y no dónde se ejecutan, mientras que las del Departament d'Empresa mide la inversión productiva (+70%).

Mientras --como es habitual-- los políticos no se ponen de acuerdo en los millones de euros, seguramente la mejor manera de analizar qué ha pasado es ver si se han creado puestos de trabajo. En este caso, esta estadística es positiva (se han sumado miles de empleos), por lo que mejor dejar de lado las clásicas batallas y centrarse en lo realmente importante.

Sin duda, otro aspecto que tiene nula discusión es el papel de Acció tanto en la atracción de inversión como en generación de empleo. La agencia para la competitividad de la empresa, dependiente del Departament d’Empresa i Coneixement, lleva tres décadas haciendo un trabajo impagable en la internacionalización de empresas locales y en la atracción de firmas extranjeras. Y aunque esta fue objeto de debate con la aplicación del artículo 155, la 'consellera' Àngels Chacón recordó ayer que "por cada euro público invertido el pasado año se captaron 129, y por cada persona en las oficinas de captación de inversiones se han generado 8,2 millones".

Acció, cuyo consejero delegado es Joan Romero, hace algo que es tan fácil, tan simple, tan lógico; que parece una tontería que no se haga más: ponerle las cosas fáciles a las empresas que quieren venir a Catalunya. Las compañías internacionales buscan hacer negocio, claro, pero Acció sabe que su apuesta por Catalunya generará riqueza. Facilitar el papeleo, la búsqueda de sede, el encontrar empleados y aliados... Son elementos que para una firma que no sabe dónde aterrizar puede significar su 'ok' definitivo a instalar un centro en Barcelona antes que en Varsovia.

El mejor ejemplo está en el sector tecnológico. Hablando con cualquier empresa del sector que se haya instalado recientemente en Catalunya aparecerá la palabra "Acció". En el último año, más de 100 empresas digitales se han asentado en Catalunya. Por algo será.