De productos orgánicos a productos de proximidad

Los consumidores socialmente responsables, tanto en relación a ellos mismos (adquiriendo marcas saludables), como en relación con el entorno (producciones que minimizan la contaminación), han estado dispuestos a pagar un plus en la compra de productos etiquetados como "orgánicos".

El crecimiento en los últimos años de este segmento del mercado, ha sido visto por las empresas como una oportunidad de negocio, lo que ha generado que varias multinacionales se hayan apuntado al carro en la comercialización de este tipo de producto: la evidencia es que antes, para comprar estos productos tenías que recurrir ir a tiendas especializada y ahora estos mismos, están presentes en el lineal de grandes distribuidoras.

Algunos investigadores, como Zepeda y Deal, en sus trabajos, recogen testimonios de consumidores que consideran que la compra de productos de proximidad es un paso más allá, en relación a los productos orgánicos, controlados estos últimos en muchos casos por grandes multinacionales.

En el caso concreto de productos frescos de proximidad, los aspectos sociales que el consumidor valora recaen tanto sobre el propio consumidor, al poder acceder a productos de más calidad (al ser más frescos, resultan ser no sólo más saludables, sino al mismo tiempo mucho más sabrosos); sobre la comunidad, al dar vida económica a tu zona, y a menudo a gente conocida, y también sobre el entorno (disminuyendo la contaminación generada consecuencia de una logística más corta).

Paralelamente observamos un incremento del tipo de oferta de estos productos de proximidad, ya no limitados a la categoría "fruta y verdura", las más común en sus inicios, sino presente en otros sectores primarios: podemos ir a buscar ternera ecológica en casa del mismo productor, donde comprobaremos que se trabaja con ciclo cerrado (ejemplo http://www.ramaderiajorditorres.net/ en el Alt Maresme) y comprar el pescado directamente al pescador, que ofrece una cesta variada en función de la pesca del día (ejemplo https://laplatjeta.net/ca/ en Barcelona).

Carne, pescado, leche, quesos, miel, ... cada vez son más las categorías que presentan alternativas que trabajan con este modelo. Añadir, tal y como comentábamos al inicio, si en el caso de los productos orgánicos, el consumidor los asocia a un precio más elevado en relación a los que no lo son, no es así con el producto de proximidad, al contrario.

El hecho de que se eliminen intermediarios permite que el precio final acabe siendo más reducido. Eso sí, ¡lo que no podemos pedir es, por ejemplo, una cesta que incluya fresas todo el año! La oferta se ajustará a la temporada, en función del sector. Si sumamos al mercado otro factor, y es el esfuerzo de promoción por parte de entidades públicas con campañas como "ven en el campo" (https://benvingutsapages.cat/), donde se gestiona un fin de semana de puertas abiertas, permitiendo a la gente descubrir, probar, y disfrutar de las diferentes alternativas de proximidad, sí podríamos decir que hay indicadores de que, dentro del consumo responsable, estamos ante una evolución hacia esta filosofía social de intercambio.