John Wick y el niño interior

Es curiosa la saga que protagoniza ese titán de la inexpresividad que es Keanu Reeves

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Ramón de España

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Todos los hombres llevamos dentro un niño interior que, en cuanto te descuidas, sale al exterior y, como el neón de color rosa del que hablaba Miguel Ríos, se hace cargo de las cosas. No sé si las mujeres tienen una niña interior, pero es evidente que, caso de ser así, la mantienen mucho más a raya que nosotros, que aprovechamos cualquier oportunidad para liberar al mostrenco y que nos arrastre a donde se le antoje. A ver la tercera entrega de las aventuras de John Wick, por ejemplo, que se ha estrenado en Barcelona a bombo y platillo.

Curiosa saga la que protagoniza ese titán de la inexpresividad que es Keanu Reeves, perfecto para el papel de asesino ético, como lo era Matt Damon, que se apaña con una mueca y media, para interpretar al espía amnésico de la serie de Jason Bourne. La primera aventura de John Wick costó Dios y ayuda de distribuir y acabó yendo directamente al videoclub en casi todas partes, pero a los millones de niños interiores que hay repartidos por el mundo les encantó. Por eso la segunda entrega ya tuvo un lanzamiento mejor. Y la tercera, ni les cuento. ¡Hay que ver la capacidad de iniciativa del niño interior!

Dicen las feministas -y yo estoy de acuerdo con ellas- que los hombres envejecemos, pero no maduramos. Tengamos la edad que tengamos, aunque peinemos canas o hayamos sido derrotados por la más agresiva de las alopecias, cualquier oportunidad es buena para regresar mentalmente a la infancia y la adolescencia. Seguimos yendo a ver las películas de James Bond, aunque cada vez son más malas. Nos hacemos fans de Jason Bourne. Hay incluso quien admira a Steven Seagal, que ya es admirar. Todo por volver al cine de barrio de nuestra infancia y pasarnos un par de horas asistiendo a un intercambio de mamporros cuyo origen ni siquiera nos importa: en la primera de John Wick, nuestro hombre se ve obligado a matar a todo el que se le pone por delante porque unos mafiosos le han secuestrado al perro.

No le aconsejo a nadie que llame a una amiga para ver la nueva de John Wick. En caso de aceptar, la mujer en cuestión no podrá más de muertos y de sopapos a los quince minutos y te dejará allí tirado tras ordenarte que no vuelvas a llamarla nunca. Mejor ir solo o con otro cenutrio de nuestro género: está muy bien ampliar la vida social de nuestro niño interior.