Dos miradas

El cielo de Podemos

Se nos rompe Podemos... Ahora ya sabemos que el cielo no existe

El candidato de Podemos, Pablo Iglesias, en un reciente mitin celebrado en Valencia

El candidato de Podemos, Pablo Iglesias, en un reciente mitin celebrado en Valencia / periodico

Emma Riverola

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Se nos rompe Podemos. Y todos nos hemos hecho un poquito más mayores. La crisis nos trajo días de frío. Un frío inclemente que no acabábamos de entender. ¿Qué nos estaba pasando? Nosotros que nos comíamos el mundo, los menús de lujo y las promociones inmobiliarias. Pero sí, nos pasó. Los barrios sumaron persianas bajadas y nos acostumbramos a hablar de despidos y maletas. Los aeropuertos ya no olían a frivolidad. Se nos atragantaron las despedidas.

Y llegaron ellos. Descaradamente jóvenes. Descaradamente preparados, descamisados y dispuestos a asaltar el cielo. También a dar una patada a los mentirosos y estafadores. Todo era nuevo en ellos, o tan viejo que removía la nostalgia de antiguas luchas. Un sueño de revolución con camisas de Alcampo. Y llegaron a las instituciones. Con sus puños en alto, sus besos y sus bebés en el hemiciclo. ¿Habíamos iniciado el asalto? Quizá. Pero pronto vinieron la cal viva, los cálculos electoralistas, las zancadillas a los propios, el olvido de quién y qué les aupó… La crisis pasó, y nuestras vidas se recompusieron con parches y zurcidos. Ahora ya sabemos que el cielo no existe.